Eunice Febe Trossero tiene 34 años y desde marzo de 2022 está señalada como una integrante clave de la asociación ilícita dirigida por Evelio «Yiyo» Ramallo desde las cárceles por las que fue pasando en los últimos años. La banda no es un grupo cualquiera: Ramallo está acusado de haberla configurado con el fin de concretar por lo menos una docena y media de asesinatos en Rafaela, Morteros, Brinkmann y Sunchales, a través de la contratación de sicarios -algunos reclutados en Rosario, otros nacidos y criados en Rafaela- que no siempre tuvieron éxito, pero que siempre dejaron la marca de la mafia narco en los hechos cometidos.
En la acusación original que se le realizó a los pocos días de ser detenida -tras los crímenes de «Rudy» González, cometido a principios de agosto de 2021; y el doble asesinato de barrio Italia, en el que murieron Marcelo Sánchez y Miguel Mendoza, en diciembre del mismo año-, a Trossero, señalada como una de las parejas de Ramallo (que tuvo varias novias estando preso) se le endilgó el rol de organizadora, actuando como «una de las administradoras del dinero producido por la bana (tanto para adquirir armas para proveer a los estamentos inferiores, como para efectuar pagos, como así también para adquirir bienes con el producido de la asociación, ya sea a directamente o a través de interpósitas personas), determinando objetivos de los hechos violentos cometidos por otros de los miembros de la organización y obrando como nexo con Evelio Horacio Ramallo».
De casa a la cárcel y viceversa
Su nombre quedó especialmente asociado a la ejecución de Rudy González, en el barrio Mora. Eunice vivía a la vuelta de la casa de González. Y los investigadores creen que los sicarios que llegaron hasta su casa esa noche de agosto iban en una Eco Sport que utilizaba Trossero. La mujer quedó encarcelada, pero luego accedió a un régimen morigerado: le dieron prisión domiciliaria, en mérito a que tiene dos hijos, uno de ellos de 15 años de edad en la actualidad, que tuvo un tumor en una pierna por lo cual debió ser intervenido y tratado como un paciente oncológico.
Sin embargo, el agravamiento de la violencia de la banda hizo que la justicia luego revisara la resolución que se había tomado, y se dispuso que Trossero sea trasladada a una cárcel común. El 23 de abril de este año la jueza Cristina Fortunato le negó el beneficio de la prisión domiciliaria. Y ahora, Eunice -que ya tuvo distintos abogados defensores- recurrió a la Cámara de Apelaciones pidiendo que se morigere el régimen de prisión que tiene actualmente, ya que se encuentra alojada en una cárcel de Rosario -desde allí participó de la audiencia a través de una conexión de zoom- y quiere estar con sus hijos: el mayor, de 15 años; y otro menor, que actualmente viven con sus abuelos, pero no bajo el mismo techo, ya que uno está con sus abuelos paternos y el otro en San Francisco, con otra abuela. Al hablar en la audiencia donde hizo la presentación, sostuvo que sus hijos la necesitan, que no la ven sino tres veces en el año durante las visitas que le hacen a la cárcel; que no están contenidos y están con asistencia psicológica porque las personas que los cuidan no tenían relación con ellos antes de la detención de su madre.
El interés superior
La audiencia donde se trató el caso se llevó adelante este viernes en la sala 3,y fue presidida por el camarista penal Sergio Alvira. También tomaron parte la imputada, junto a su abogado defensor -el Dr. Alfredo Caula, del sistema público de defensa penal-, y la fiscal Fabiana Bertero, en representación del MPA. El eje del debate planteado pasó por dos posturas bien diferenciadas: para la defensa, la Justicia debe morigerar la prisión respetando «el interés superior» de los niños, que por las cuestiones planteadas necesitan estar con su madre. Para la Fiscalía, en cambio, los niños están «contenidos», tienen personas a cargo que son sus abuelos, y una medida alternativa a la prisión preventiva efectiva no corresponde aplicar, dado que la prisión preventiva efectiva se aplica como una regla y las excepciones deben estar plenamente justificadas.
Más allá del debate técnico -que deberá resolver el juez Alvira, que tiene seis días hábiles como plazo legal para resolver la cuestión-, Bertero agregó otro dato: el hijo de 15 años de Eunice fue involucrado por su madre en los episodios violentos de la banda. Según la fiscal, en el teléfono del chico hay evidencias de que era una especie de «mandadero» en la distribución de dinero de la banda. Y algo más aterrador aún: horas antes del asesinato de Rudy González, Eunice le pidió a su hijo precisiones sobre el domicilio del muchacho. Uno de los domicilios propuestos por la imputada para radicarse y cumplir con la prisión domiciliaria es justamente la casa ubicada en el barrio Mora, muy cerca de donde murió González, según destacó la fiscal.