Por Luis Romero – INTA EEA Rafaela
La región Centro oeste de Santa y Este de Córdoba, donde la alimentación de las vacas lecheras se basa en el uso de forrajes utilizados de manera directa (pasturas de alfalfa) y de forrajes conservados (silajes de maíz y sorgos y heno de alfalfa), ha sido afectada por una intensa sequía que perjudicó el rendimiento de los maíces tempranos, impidió la siembra de los tardíos (siembra de diciembre) y afectó el crecimiento y desarrollo de los sorgos.
Se produjo un descenso en la productividad de los maíces tempranos. Los sembrados a principios de septiembre tuvieron un menor rendimiento de biomasa total (menos volumen de materia seca y de grano) mientras que los sembrados a fines de setiembre no solo vieron afectado su volumen total sino también el contenido de grano porque al daño por la falta de agua se sumaron las altas temperaturas que impidieron lograr una buena polinización.
Hay que mencionar también el efecto de la calidad del suelo y la heterogeneidad de los lotes que evidenciaron notables diferencias en el estado del cultivo y volumen de biomasa.Pero los maíces tempranos son solo una parte del sistema de confección de forrajes conservados. A éstos hay que agregar el aporte que hacen los maíces tardíos de siembra de mediados de diciembre, que por la falta de humedad en el suelo no pudieron ser sembrados. Esta situación implica un déficit muy importante en el volumen de forraje necesario para alimentar a las vacas lecheras en el futuro cercano.
Qué volumen de forraje podemos esperar de los maíces muy tardíos: siembras de enero – febrero.
Trabajos realizados en la EEA Rafaela del INTA en los cuales se evaluaron distintas fechas de siembra e híbridos desde mediados de enero hasta fines de febrero han mostrado rendimientos medios de materia seca de alrededor de 11.000 – 13.000 kg/ha con valores máximos de 14.000 – 15.000 y mínimos de 7.000 a 9.000 kg/ha. Variando estos rendimientos según el hibrido utilizado, la tecnología aplicada y la fecha de siembra disminuyendo en general a medida que se atrasa la misma.
Cómo es el contenido de espiga en estas fechas de siembra:
El porcentaje de espiga del material cosechado puede tener un valor medio de alrededor de 50 % con valores máximos de 61% y mínimos de 30%
En la región centro-oeste de Santa Fe, a pesar de la fecha de siembra, se logra un buen llenado y producción de granos.
En cuanto a la calidad de la planta (ver gráfico), cuando se la compara con los maíces tempranos o los tardíos, presenta valores similares o un poco mejores especialmente en el % de FDN, FDA y LDA
Los mejores resultados se han obtenido con fechas de siembra de mediados a fines de enero. Las implantaciones de febrero si bien son factibles de realizar, se aumenta el riesgo de efectos adversos provocados por heladas tempranas que pueden afectar la formación de granos y la calidad de la planta, en mayor o menor grado, dependiendo de la severidad de las mismas.
En nuestra experiencia, si bien se han producido heladas agronómicas, no provocaron daños significativos sobre la producción de biomasa total, en el llenado de granos ni sobre la calidad de la planta.
Hay que tener presente para la planificación forrajera, que la cosecha se realiza desde mediados a fines de mayo (para las siembras de mediados a fines de enero) y en junio para las siembras de febrero.
La siembra de maíz en esta fecha es una alternativa interesante para la cuenca lechera central de nuestro país, que le permitirá al productor compensar en parte el volumen de forrajes conservados que no se pudo lograr con los maíces tempranos y especialmente los tardíos.
La elección de sembrar maíz para silaje en estas fechas se la puede asociar o complementar con la utilización de los cultivos de invierno, como avenas de ciclo corto implantadas a fines de febrero que con la calidez del otoño
florecerán temprano y podrán ser cosechadas en junio – julio, o la implantación en mayo – junio de avenas o trigos de ciclo largo. Otra alternativa es la cebada forrajera, para ser picada en setiembre – octubre.