Un pizarrón al frente del kiosco de Carrero Podio al 1480, en el barrio Virgen del Rosario, ofrece un atractivo y económico combo: «4 hamburguesas + 4 panes $250». Más abajo, otro: «salchichas +… $250». La lectura de los datos es incompleta: la trompa de un furgón de la Policía Federal Argentina impide ver otros detalles. Más de media docena de fornidos agentes, con escudos y armas largas, se mueven sobre la calle, haciendo una barrera que apenas deja ver otros movimientos dentro del local.
Había sido un buen día, porque el kiosco estaba abierto pese a que este jueves los empleados de comercio celebraron su día con un merecido feriado para los trabajadores del sector. Pero el día se transformó en un miércoles negro para los dueños del comercio cuando llegó la Federal, portando una orden de allanamiento en el marco de una investigación ordenada por el fiscal Gustavo Onel, con datos iniciales aportados por el Observatorio de Seguridad del municipio, una instancia de colaboración entre la Secretaría de Prevención en Seguridad del municipio y la Agencia de Investigación Criminal de la policía provincial.
Según la denuncia, en el domicilio allanado se ofrecían otros «combos» que no estaban en la pizarra. Con observaciones que incluyeron imágenes de video y referencias de agentes de civil que se movieron en el barrio, se comprobó una actividad típica del narcomenudeo: el «pase de manos» de envoltorios a cambio de dinero, así como rápidas y furtivas negociaciones entre consumidores que iban y venían por el kiosco. Para los investigadores, esos movimientos no eran propios del kiosco, ya que se realizaban a través de aberturas del inmueble. Según esa hipótesis, la actividad comercial legal en ese lugar es una «tapadera» del verdadero negocio, el de la venta de estupefacientes.
La irrupción de agentes de la PFA -Delegación Rosario y Subdelegación Rafaela- se concretó en la noche de este miércoles. Al redactarse el presente texto, cerca de la medianoche del miércoles al jueves, los primeros datos extraoficiales indicaban el hallazgo de sustancias estupefacientes, tanto cocaína como marihuana; así como municiones y otros elementos. En principio, hay una pareja señalada como principales sospechosos de manejar el lugar: una mujer, Cristina del Carmen P., de unos 51 años; y un hombre, Carlos Alberto D., de unos 55 años de edad, los cuales deberán responder a la justicia ante las acusaciones que los apuntan.