Diego Maradona falleció el 25 de noviembre de 2020 y desde esa fecha hasta hoy, el mundo del fútbol, además de otras disciplinas deportivas, no paran de rendirle tributos y homenajes a quien fuera –quizás- el deportista argentino con mayor popularidad y reconocimiento.
Desde que su maltratado corazón dijo basta en aquella fatídica mañana de primavera en una casa quinta de la zona de Villanueva, en el barrio San Andrés, las muestras de gratitud y reconocimiento para el eterno capitán del seleccionado argentino no cesaron.
Hubo homenajes grandes que les prepararon –fundamentalmente- aquellos clubes en los que deslumbró como jugador: Argentinos Juniors, Napoli, Sevilla o Boca Juniors, por citar algunos.
Hubo tributos más pequeños o modestos como el que le hizo en soledad un atribulado Renato ‘Gaúcho’ Portaluppi, hoy entrenador y ocasional rival de Diego con el seleccionado brasileño, que lució una camiseta argentina con el dorsal número 10 y el apellido Maradona estampado atrás, en un cotejo de Copa Libertadores entre Guaraní y Gremio de Porto Alegre, en Asunción.
Y hubo también aquellos que, por omisión involuntaria o no compartir –tal vez- ciertos valores de vida, ni siquiera se percataron de la posibilidad de rendirle tributo al crack fallecido, mientras sus adversarios modificaban un habitual ritual para honrar la memoria de uno de los más grandes deportistas de la historia.
Ocurrió el 28 de noviembre pasado, es decir, apenas tres días después del fallecimiento, en el estadio Mc Donald’s Stadium de la localidad de Newcastle, en Australia.
El poderoso representativo de rugby de Nueva Zelanda, los galardonados All Blacks, inició su tradicional ceremonia del ‘Haka’, depositando una casaca de color negro con el nombre impreso y la 10 en la espalda.
Enfrente estaba el combinado argentino de Los Pumas, cuyos jugadores ni siquiera exhibieron un brazalete negro en señal de duelo y que permanecieron incrédulos, mientras sus adversarios de aquella jornada oficiaban el reconocimiento.
El capitán del combinado oceánico, Sam Cane, explicó una vez concluido el partido (que terminó en paliza favorable a los All Blacks por 38-0) que el tributo se concretó «porque fue una forma de mostrar respeto a una leyenda de Argentina, una leyenda del fútbol».
«Creo que hicimos lo correcto. El rugby es un juego que demuestra y se basa en el respeto», completó el wing que integra un seleccionado que en su última visita a Buenos Aires en 2019 pasó por el Museo de la Memoria, instalado en el viejo edificio de la ESMA, para interiorizarse de los aberrantes crímenes que se cometieron en la última dictadura militar.
Al margen de Buenos Aires, otra ciudad conmovida por la muerte de ‘D10S’ resultó Nápoles. Y la desaparición del héroe que hizo olvidar a San Gennaro para solicitar milagros, no pasó inadvertida.
Apenas un día después de la noticia, Napoli, la entidad a la que Maradona cambió por completo, jugaba un encuentro de Europa Liga ante el Rijeka croata en el estadio San Paolo (hoy bautizado con el nombre del ídolo). Todos los jugadores saltaron al campo de juego con casacas con su nombre, mientras la pantalla de la TV reproducía imágenes con sus mejores goles con la ‘maglia’ de color celeste.
Gennaro Gattuso, entonces DT del Napoli, aseveraba un año atrás: «Cuántos más días pasan, más triste está la ciudad. Hoy el ambiente es de luto. La ciudad ha hecho todo lo posible por honrarlo (Maradona) y el equipo también lo hizo», dijo el combativo exvolante del seleccionado ‘azzurro’, campeón mundial en Alemania 2006.
«Se ha marchado uno de los más grandes personajes de la historia del fútbol. Fue uno de los más grandes de la historia de este club», agregó el entrenador, con indisimulable pesar.
En Argentinos Juniors, en tanto, el semillero del mundo en el que surgió y saltó a la fama mundial, se le dispensaron dos tributos al malogrado ‘Pelusa’.
Uno de ellos se dio en diciembre pasado y otro, el último 30 de octubre, cuando Diego hubiera cumplido 61 años. En el último reconocimiento hubo shows artísticos y presencias de distintos exjugadores que compartieron cancha con el crack de Villa Fiorito tanto en Los Cebollitas, el seleccionado juvenil campeón mundial en Japón 1979 o con el combinado celeste y blanco que se abrazó a la gloria en México 1986.
Boca Juniors, donde Maradona ganó su único título en el Metropolitano 1981, lo reconoció dos veces, con la presencia de su hija Dalma en el palco de la Bombonera y el colombiano Edwin Cardona dedicándole un gol de tiro libre.
Y el mejor jugador del mundo en la actualidad, el sucesor Lionel Messi, también supo rendirle reconocimiento a quien fue su DT en la Copa del Mundo Sudáfrica 2010.
En noviembre del año pasado, cuando todavía vestía la camiseta del Barcelona y en ocasión de una goleada sobre Osasuna (4-0), el astro rosarino anotó el cuarto tanto del elenco ‘blaugrana’ y se sacó su camiseta. Abajo tenía la tradicional remera ‘rojinegra’ con la publicidad de una conocida marca de motos que Maradona utilizó en Newell’s, el club del cual es hincha Messi, en su regreso al fútbol profesional, allá por 1994.