Por Pablo Pinotti – Diputado Provincial FPCyS
Una vez más, y como lamentablemente ya nos tiene acostumbrados, la actual cartera del Ministerio de Educación provincial, toma una decisión unilateral e inconsulta, que atenta directamente contra la calidad educativa de estudiantes de la provincia de Santa Fe. Pareciera que este Ministerio -siempre cerrado al diálogo-, no comprende el rol que debe asumir para garantizar las trayectorias educativas de los estudiantes en un contexto tan complejo como el que estamos viviendo.
Los dos últimos ciclos lectivos (2020 y 2021) los hemos transitado en medio de una profunda crisis en todos sus órdenes y una coyuntura de emergencia que requería (y aún requiere) redoblar los esfuerzos de toda la comunidad y, en especial, de sus funcionarios públicos. Sin embargo, inexplicablemente el Ministerio de Educación santafesino dejó en forma casi permanente en total soledad, a los equipos directivos y docentes, decisiones de gran relevancia en cuanto a la conducción de las instituciones educativas así como en cuanto a estrategias organizacionales y pedagógicas. Durante todo este tiempo, primó el esfuerzo de la docencia y directivos por sostener las trayectorias y calidad educativa, según su formación y recursos, en ningún momento acompañada con normativas ni protocolos precisos. Asimismo, fueron vitales los esfuerzos de estudiantes y sus familias para poder, muchas veces con recursos y tiempos escasos, sostener los espacios educativos propuestos por las instituciones de referencia. Mientras tanto, las resoluciones y circulares ambiguas y confusas, estuvieron a la orden del día, mostrando improvisación y falta de claridad en cuanto a objetivos y procedimientos por parte del ministerio de educación.
LA CIRCULAR
Hoy, en el momento en que dicho Ministerio debe recuperar el trabajo y esfuerzo realizado por docentes, directivos, familiares y alumnos para tomar una decisión acorde a lo realizado durante estos ciclos lectivos, inconsultamente y en total desconocimiento de las diversas realidades y esfuerzos realizados por toda la comunidad educativa – ya que ni siquiera cuenta con estadísticas oficiales-, envió una circular (el día 5 de noviembre del 2021) en la que se establece que quienes hayan podido transitar trayectorias sostenidas en el ultimo trimestre del ciclo lectivo del 2021, aprueban no sólo todo el ciclo lectivo 2021, sino también el 2020. El documento establece que «Aquellas trayectorias que la escuela considera/valora como sostenidas al cierre del tercer trimestre, e independientemente de lo que haya sucedido en trimestres anteriores, tendrán como nota final una calificación en cada espacio curricular que oscilará entre el 6 (seis) y el 10 (diez) acordes a las escalas de calificaciones establecidas en el decreto 181/09, tanto en los espacios curriculares cursados durante 2020 como en los cursados en 2021, sean de igual denominación o con diferente denominación, pero del mismo trayecto. A modo de ejemplo: Matemática de 3er año 2020 y 4º año 2021, con trayectoria sostenida se registra asignándole una calificación de 6 o más en ambos espacios curriculares».
Y aquí nos preguntamos… ¿qué pasó con todo el esfuerzo realizado por docentes, estudiantes y familiares durante todo este tiempo? ¿No importa al Ministerio de Educación provincial el garantizar el derecho de estudiantes y docentes a ser evaluados/as y reconocidos/as en su desempeño?. ¿El Ministerio de Educación se cuestionó en algún momento para que se evalúa a estudiantes? ¿Da lo mismo que un estudiante haya desarrollado los aprendizajes necesarios en relación a las currículas a que no los haya podido alcanzar? ¿Qué sucede con aquellos conocimientos que se requieren para el cursado de años posteriores, o los imprescindibles para el ingreso en la universidad? La definición tomada claramente parte de un desconocimiento profundo de la realidad. En qué diagnóstico se sustenta? No hay estadísticas e información pública oficial acerca del funcionamiento del sistema educativo en el 2020 y 2021. Tampoco obedece al diálogo y trabajo conjunto con docentes, alumnos y familias, ya que nunca se los convocó a trabajar en el tema. Así, se atenta peligrosamente contra la educación de calidad. Por cierto, esto viene a agravar una situación de abandono y deserción escolar escandalosa en los últimos años y sobre la que dicha circular no brinda ninguna orientación o pauta acerca de cómo proceder y qué estrategias brindar ante más de 150 mil niños, niñas y adolescentes (número estimado a partir de estadísticas del Ministerio de Educación de la Nación) que se han desvinculado del sistema educativo.FALTA DE PLANIFICACIÓN
Debemos concebir a la evaluación como un derecho fundamental, no sólo para los estudiantes, en cuanto a recibir información valorativa sobre los conocimientos apropiados, sino también para los propios docentes, ya que en un proceso de evaluación del alumno también el docente puede hacer una propia valoración de las estrategias pedagógicas utilizadas y de su resultado.
Por otro lado, una medida de estas características, acentúa las desigualdades sociales, en la medida en que no todos los estudiantes cuentan con las mismas posibilidades y recursos para afrontar este último trimestre, no contempla las situaciones particulares de cada estudiante y pasa por alto la labor y empeño puesto por los alumnos a lo largo de estos dos últimos años. También es necesario remarcar que esta medida, lejos de establecer parámetros justos para la definición de la aprobación o no de los contenidos curriculares, deja librado una vez más a cada docente en forma particular qué y cómo se evalúan esas trayectorias del último trimestre, ya que no se imparten criterios claros a tener en consideración, pudiendo generar disparidades en cuanto a esos criterios en alumnos con similares conocimientos adquiridos. Finalmente, la falta de planificación del Ministerio se hace patente en lo tardío de esta medida. Desde hace meses, los docentes vienen reclamando definiciones por parte de esta cartera para tomar decisiones sobre la estrategia pedagógica a seguir con sus alumnos en este 2021. La medida llega tarde! Por estos días, debería el ministerio planificar con los docentes la estrategia del 2022. Sin embargo, nos encontramos con una decisión que llega para un ciclo que ya culmina, y cuando las instituciones ya han tomado, en la medida de sus posibilidades y en base a la realidad de su comunidad educativa, las decisiones del cierre del ciclo lectivo. Es preocupante y desalentadora la falta de reconocimiento de los esfuerzos desarrollados por toda la comunidad educativa que clama por un ministerio que esté a la altura de las circunstancias, se abra al diálogo y, de una vez por todas, asuma su rol en materia educativa.