La celebración de los 140 años de la formación de Rafaela tuvo un par de momentos de tensión, en la tardecita de este domingo en la plaa 25 de Mayo. El primero se vivió cuando Vanessa Carrasco, la madre que denunció el abuso sexual de su hija en el Colegio San José, irrumpió en las escalinatas del monumento a San Martín, para interpelar cara a cara al obispo Luis Fernández.
Fernández estaba iniciando su mensaje en el marco de una oración ecuménica -un pastor evangélico le había antecedido en el uso de la palabra-, cuando Vanessa le exhibió en su propio rostro una pancarta en la que reclamaba justicia por el caso de su hija. Allí mismo, aunque no se pudo escuchar claramente lo que decía, la mujer también le endilgó al Obispo la responsabilidad de la Iglesia en el presunto encubrimiento del abusador, que aún no pudo ser identificado por la Justicia; así como la falta de apoyo a la familia denunciante.
Mientras algunos sectores del público presente reaccionaban con aplausos, personas de ceremonial intentaron sacar a la mujer del lugar, pero ésta se mantuvo firme. Finalmente se retiró, acompañada por dos personas que serían de su entorno. El obispo reanudó su mensaje y no hizo ninguna alusión al incidente, que claramente dejó expuesto a la vista de los concurrentes las heridas que han quedado abiertas en la comunidad por este caso. Fernández se retiró antes de la finalización del acto, ya que luego debía presidir la homilía oficial por el día de San Rafael.
De las autoridades, fue el senador nacional Roberto Mirabella quien hizo alusión, en un pasaje de su discurso, al caso que había sacudido la tranquilidad de la tarde: al hacer referencia a que Rafaela «nunca se detiene» en materia de crecimiento y desarrollo, pidió que «tampoco se detenga» en la búsqueda de justicia, lo que también arrancó algunos tímidos aplausos de un sector de la concurrencia.
Posteriormente, Carrasco hizo una publicación en sus redes sociales en las que volvió a cuestionar con dureza al Obispo Fernández. Aqui, el posteo de referencia:
Con docentes
Al fondo del público, y de frente al monumento a San Martín, una decena de maestros exhibió pancartas en las que denunciaron el valor insignificante que aporta la provincia para los comedores escolares. Terminado el acto, Perotti se apresuró a saludar a los abanderados de las escuelas y luego se encaminó hasta el grupo de docentes. Allí escuchó los reclamos y también se cruzó con uno de los participantes de la movida -un conocido militante local, Hugo Acuña, que encabeza una agrupación interna de AMSAFE- que le recordó que «no queremos que ningún docente siga bajo la línea de pobreza».
Sin embargo, Perotti se mantuvo firme en recordar que «todos los gremios aceptaron la propuesta que le hicimos y los maestros recibieron la mejor propuesta que cualquier provincia hacia efectuado a sus maestros». La discusión fue subiendo de tono porque el referente de los maestros le endilgó a Perotti su residencia «en un barrio privado». «En el barrio Fátima vivo, muy privado es el barrio Fátima», respondió Perotti con ironía. «Que vas a vivir en el Fátima», le retrucó su interlocutor, a lo cual Perotti le indicó su dirección particular, efectivamente en el barrio Fátima. Luego de esos momentos de cierta tensión, la charla con el resto de los maestros volvió a centrarse en los montos de la ayuda a los comedores escolares y allí el gobernador se comprometió a atender esa situacion y a recibir hoy mismo, a través de su equipo de colaboradores, a los maestros que le plantearon situaciones puntuales -como la de la Escuela Paul Harris-, para dar respuestas sobre el tema.
Respetuosamente, los maestros agradecieron la predisposición del mandatario, que se retiró del lugar no sin antes responder a los pedidos de «selfies» y fotografías de vecinos de la ciudad que participaron del acto.