El segundo día de la invasión de Rusia a Ucrania se inició en la madrugada con al menos dos fuertes explosiones en el centro de Kiev, con edificios civiles afectados, y al promediar la mañana se registraban disparos y explosiones en barrios de la ciudad, mientras tropas ucranianas informaron que se enfrentaban con blindados rusos en las localidades de Dymer e Ivanik, a 45 y 80 kilómetros, respectivamente, al norte de la capital.
En tanto, Rusia prohibió este viernes la entrada en su espacio aéreo a todos los aviones vinculados con el Reino Unido, después de las sanciones impuestas por Londres a la aerolínea rusa Aeroflot.
El espacio aéreo queda prohibido a todos los aviones «pertenecientes, alquilados o explotados por una persona vinculada con el Reino Unido» y aquellos que están registrados en ese país, dijo el regulador aéreo ruso Rosaviatsia en un comunicado, explicando que la medida también incluye a los vuelos que transiten por el territorio ruso.
Las explosiones y disparos en Kiev se registraron en el vecindario de Obolonsky, cuyos habitantes corrieron a protegerse cuando escucharon las primeras detonaciones, reportó la agencia AFP.
«Las tropas de asalto de las fuerzas armadas de Ucrania combaten alrededor de las localidades de Dymer e Ivankiv, donde llegaron un número importante de blindados del enemigo», dijo el ejército local en su página en Facebook.
El avance de las «fuerzas del enemigo fue detenido a orillas del río Teterov. El puente sobre el río fue destruido», según este mensaje.
El Estado mayor del ejército afirmó que controlaba el aeropuerto militar en Gostomel, a la entrada de Kiev, donde las tropas rusas penetraron el jueves. La AFP no pudo verificar esta información.
Las fuerzas militares rusas intentan avanzar hacia Kiev, que al amanecer fue blanco de misiles en edificios civiles, según denunció el presidente ucraniano, Volodimir Zelesnki.
Hasta el momento la invasión ya contabiliza más de 100 muertos y unos 100.000 desplazados ucranianos, mientras que fuentes del ejército defensor afirman que unos 800 soldados rusos fueron abatidos desde el inicio de la invasión, en la madrugada de ayer.
La invasión rusa provocó un incremento de las sanciones económicas occidentales contra Moscú, juzgadas insuficientes por Zelenski, quien ayer decretó una movilización general para frenar el avance ruso y se quejó de que su país estaba «solo» frente a esta ofensiva.
En relación a este reclamo, los líderes de la OTAN se reunirán hoy de emergencia para preparar una nueva respuesta, confirmaron fuentes aliadas a Europa Press.
Después de una reunión de urgencia del Consejo Atlántico a nivel de embajadores, la OTAN, encabezada por Estados Unidos, convocó para este viernes a los líderes por videoconferencia.
La agenda del encuentro pasa por la activación de los planes de Defensa de la OTAN y la decisión de reforzar la presencia de la Alianza Atlántica en el flanco oriental tras la operación militar rusa en el este de Ucrania.
En la reunión del Consejo Atlántico de ayer se confirmó que el mando supremo aliado en Europa está listo para movilizar a las Fuerza de Respuesta Rápida, incluida las brigadas internacionales de las Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad, unos batallones que apoyados por fuerzas aéreas, navales y de operaciones especiales pueden desplegarse en cuestión de días para hacer frente a crisis militares.
Estas unidades se activan en defensa de los aliados y como elemento de disuasión para evitar una escalada de la crisis como muestra del compromiso militar de los aliados de la OTAN con la defensa de todos los miembros de la organización.
Putin, que exige que la OTAN cierre sus puertas a Ucrania, aseguró que no busca la «ocupación» de esta antigua república soviética, sino «una desmilitarización y una desnazificación» del país, así como defender a los rebeldes prorrusos de las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, cuya independencia reconoció el lunes.
Según las Naciones Unidas, cerca de 100.000 personas huyeron de sus hogares y miles buscaron refugio en el extranjero. De hecho, ayer fueron noticia internacional las imágenes de largas colas de automóviles intentando pasar a Hungría, Rumania o Polonia.
«Mi vida ha cambiado completamente en medio día. Pero es muy bueno saber que tenemos un sitio adonde ir», explicaba Iryna, una mujer de 42 años, que pasó la noche junto a decenas de compatriotas en la estación de tren de Przemysl, en Polonia, cerca de la frontera ucraniana, reportó la agencia AFP.