Por Miguel González
La asunción de Martín Racca como concejal obligó al intendente a buscar un reemplazo para la Subsecretaría de Salud de la Municipalidad. A diferencia de otras movidas que incluyeron el corrimiento de funcionarios y dejaron secretarías o subsecretarías sin cubrir durante varios meses, en este caso, y en plena pandemia aún, urgía una decisión que ordenara definitivamente el panorama. Y aunque se sabía desde julio que Racca debería abandonar su cargo en diciembre, esa decisión se demoró hasta último momento.
Finalmente, trascendió que el Dr. Diego Lanzotti, actual director del Hospital Jaime Ferré, asumirá como nuevo subsecretario de Salud municipal, en tanto que la dirección del Jaime Ferré quedará en manos del Dr. Emilio Scarinci, quien además de ser el jefe del SIES 107 venía siendo la mano derecha de Lanzotti en el efector público. A Scarinci, a su vez, lo reemplazaría la Dra. Alejandra Farías, de larga trayectoria como médica dentro del 107.
Piezas en movimiento
El corrimiento de piezas dentro de la estructura de Salud tiene sus entretelones y su historia. Cuando comenzó la gestión de Omar Perotti en la provincia, la dirección del Hospital fue una de las designaciones que más se demoró. A diferencia del socialismo, que hizo de la salud uno de sus pivotes en la política provincial, al justicialismo no lo caracteriza la formación de cuadros médicos suficientes para ocupar cargos políticos en la estructura. La gestión del Dr. Carlos Parola en la provincia duró lo que tardó en exigir la urgencia de la pandemia. Lo mismo pasó en el Hospital, cuando la Dra. María Elena Imfeld entró en colisión con algunos usos y costumbres arraigados entre los profesionales y no resistió la presión que implicaba el proceso en el que se estaba viendo el centenario Hospital.
En el transcurso de pocos meses, entre marzo y julio de 2020, mientras la ciudad y la región preparaban su infraestructura y a su personal para la madre de todas las batallas -que empezaría con los primeros casos de circulación comunitaria de coronavirus en agosto de 2020 y se prolonga hasta estos días-, quedaron a un costado del camino el primer ministro de Salud de Perotti (Parola, a quien sucedió Sonia Martorano); la primera directora del Hospital (Imfeld, reemplazada por Lanzotti) y el primer subsecretario de Salud del nuevo mandato de Luis Castellano (el Dr. Guillermo Weiner, relevado por Martín Racca). Sobran los dedos de una mano para contar los meses que duraron en sus respectivos cargos.
Lanzotti, que venía de integrar el triunvirato de médicos con el que el socialismo cubrió la brecha que generó en el Hospital rafaelino el escandaloso desplazamiento del Dr. Roberto Vitaloni (único director que ganó su cargo por concurso), se desempeñó de manera impecable-considerando las circunstancias- cuando aceptó hacerse cargo del timón del Hospital en medio de la tormenta del COVID. A esa altura del 2020 Perotti ya había renunciado a revisar los antecedentes políticos para las designaciones en Salud e incluso había conformado un equipo de consulta que integraban exministros y funcionarios de los gobiernos socialistas que lo precedieron, por lo cual el obstáculo que pudieron haber significado los antecedentes políticos de los futuros funcionarios desapareció.
A la altura del rol y la responsabilidad asignada, Lanzotti se puso a la cabeza de un esfuerzo gigantesco para equipar y reorganizar el Hospital, que multiplicó todo lo que había que multiplicar. Desde la capacidad de camas hasta el número de respiradores, pasando por la búsqueda y designación del personal necesario, la redistribución de áreas y las decisiones más pesadas: cuándo y cómo convertirse en hospital monovalente, cuándo y cómo reabrir servicios; cómo atender las urgencias extraCOVID, y toda la complejísima atención de los servicios de un Hospital de referencia regional. Nunca faltaron recursos para el hospital local y muchas veces fue Perotti en persona el que eliminó obstáculos del tipo de los sólo se pueden destrabar cuando la orden viene del más alto nivel. La doctora Brenda Vimo, que además de concejala es una profesional de larga trayectoria en el Hospital, fue clave en el rol de enlace con la Casa Gris.
Ahora, Lanzotti acepta un desafío importante. Deja de ser el director profesional de un Hospital en situación de guerra para enrolarse en un proyecto político que en dos años se jugará la supervivencia en el poder. Aún no se sabe qué características tendrá su alejamiento del Hospital, donde tiene un cargo asignado en la estructura administrativa, a la que pertenece desde hace años. Dada su relación de amistad y confianza con Scarinci, quien lo sucede en la conducción del Jaime Ferré, puede presumirse que parte de la trama fina de la designación incluya la preservación del actual cargo de Lanzotti para cuando termine el mandato municipal de Castellano.
Lanzotti, Scarinci y el propio Racca -habría que sumar a la doctora Sandra Capello- constituyeron un equipo que se integró al ala política de Salud, que integraron Brenda Vimo, la directora de la Región Rafaela, Eter Senn -de íntima confianza de Omar Perotti, desde sus muchos años como presidenta del Consejo de Administración del SAMCo-; Myriam Villafañe (quizás la persona de mayor poder dentro del gabinete de Castellano, y no por nada jefa de campaña en las últimas elecciones locales) y en menor medida Melina Engler, de bajo perfil pero figura importante en el círculo de confianza del perottismo. No hay que ser genio sino simplemente observador: búsquense los rostros que rodean al gobernador en sus muchas visitas al Hospital y allí se encontrará a las personas depositarias de su mayor confianza en el área.
La gran pregunta
El nuevo interrogante que se plantea es si la demora en anunciar los cambios en el área de Salud -Racca juró el viernes como concejal y técnicamente ya la Subsecretaría está vacante- preanuncian otras variantes en el gabinete. En los pasillos del quinto piso las versiones sobran y algunas involucran a habitantes del mismo piso.
Por ejemplo, crecieron los rumores de un cambio en la Jefatura de Gabinete. Se mencionan varios candidatos para reemplazar a Amalia Galantti: un enroque con Marcelo Lombardo (actual secretario de Gobierno); la llegada de Jorge Muriel y hasta alguna jugada sorpresiva, como podría ser que Myriam Villafañe vaya a sentarse en el despacho contiguo al del intendente. Hay quienes sostienen que Galantti sería reubicada dentro del gabinete con otra función y también quienes le ven futuro dentro del Poder Judicial, donde podría ser propuesta como aspirante a ocupar alguna de las plazas vacantes o por crearse. No habrían prosperado algunos puentes tendidos para promoverla a la segunda línea de un Ministerio provincial. Hoy por hoy, en los corrillos políticos son pocos los que apuestan a que conserve su cargo después de fin de año.
Castellano tiene tendencia a consultar y volver a consultar, incluso poniendo reversa en más de una oportunidad. El tablero está en su mesa y las piezas tienen que moverse pronto, porque la Navidad está encima. Y nadie más que el propio intendente conoce el valor de las decisiones que debe tomar, antes de que sea demasiado tarde.