El gobierno provincial estudia sanciones a la empresa Güemes, que presta el servicio de transporte público de pasajeros entre Rafaela y Rosario por la RN 34, luego que el diario La Capital publicara imágenes subidas a las redes sociales por pasajeros que habían subido en Rosario para venir a Rafaela y se encontraron con que el micro tenia algunas ventanillas sin vidrios y cubiertas con cartones.
Según el descargo de la empresa, una serie de actos vandálicos en la RN 34, a la altura de Ibarlucea, provocaron daños en las unidades y el domingo se encontraron con que no tenían dónde adquirir vidrios para reemplazar las partes rotas, por lo cual utilizaron esa «solución»: salir con cartones cubriendo las ventanillas, dejando sin vender las butacas correspondientes a esas ventanillas.
Publicación de La Capital
En tanto, en su edición online de este martes, La Capital publicó una extensa nota referida al tema, la que se reproduce a continuación:
«Tras las denuncias y fotos publicadas en la nota de ayer de La Capital, esta mañana pedimos informe a la empresa Güemes a la que le podría caber desde la multa hasta la caducidad del servicio». Las palabras son del secretario de Transporte de la provincia, Osvaldo Miatello, quien se refirió así a las quejas e imágenes captadas por pasajeros de la Empresa General Güemes que ofrece diariamente el servicio desde Rosario al noroeste de la provincia, por la ruta 34, y que el domingo de Pascuas partió desde la Terminal de Ómnibus (de Rosario) con un refuerzo que tenía cartones en varias de sus ventanas, a manera de vidrios.
Este diario se comunicó con la empresa para saber qué argumentos aducía que justificaran ofrecer el servicio en esas condiciones. El director de la empresa, Marcelo Bossio dijo que tuvieron que tapar las ventanas así porque les habían roto los vidrios a gomerazos a la altura de Ybarlucea.
De todos modos Miatello consideró que esa situación que reconoce habitual contra micros y trenes, «no justifica salir así a la ruta». Dijo que la empresa debe tener un coche alternativo y «en caso de no tenerlo no debe salir y devolver el dinero de los pasajes». Para él, esto que ocurrió con la empresa que va y viene a la zona de Rafaela y Sunchales , «no puede suceder».
– Pero sucede, y según los pasajeros desde hace décadas.
– Es que tenemos un problema importante que es el marco legal obsoleto aún vigente, de la década del 30 y que aún refiere a coches con pisos de madera. Hubo proyectos que alcanzaron la media sanción para modificar esa ley y que posibilitarían concesionar los circuitos de la provincia, pero no prosperaron. Hoy todas están sin concesionar.
-O sea que las empresas como la Güemes solo tienen permisos para funcionar, pero reciben subsidios y encima dan un mal servicio y tienen una traza monopólica. ¿Cuántas son las empresas que controla su secretaría y que subsidios reciben?
-Son 47 empresas, algunas más grandes, otras más chicas y el monto del subsidio que reparte la provincia es de 400 millones de pesos por mes y otros 400 reparte la Nación. De algunas firmas nos llegan denuncias y hacemos sumarios, de otras, no llegan. Esta empresa ya tenía multas, y no es nueva, viene trabajando desde hace años y este caso es muy grave. Si confirmamos que así fueron los hechos la sanción será importante. Ahora bien, hay otro problema en todo esto y es que las empresas se ven tan atraídas por los subsidios del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) que prefieren irse allá, porque estos trayectos no les son redituables. Faltan empresas en el interior, que quieran trabajar así y tomar personal.
-Pero esta empresa hace tiempo concentra denuncias en las redes, cobra 1200 pesos el pasaje y encima los pasajeros se quejan justamente con el personal, que se ve perjudicado si se sanciona a la firma con un cese de permiso para operar.
-Son varios temas. El pasaje parece caro pero no lo es, la tarifa no cubre ni el 40% del costo real, como en los colectivos urbanos. Esto es parte de una crisis general: la recaudación no alcanza y las empresas se vuelven subsidio dependientes. Y el personal no debe preocuparse porque en caso que cese el servicio la empresa que reemplace a la sancionada debe tomar el personal.
-De todos modos quienes quedan cautivos, pagando y recibiendo un servicio malo son los pasajeros y encima los empleados en una situación laboral vulnerable.
– Los 63 empleados de la empresa no deben preocuparse, habrá que investigar los hechos, pero la empresa deberá dar respuestas.
Consultado por el mismo tema, el director de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), Lautaro Ciarroca, aclaró que la repartición que dirige solo controla desde la Terminal y en ruta los coches que salen y entran a Santa Fe, desde otras provincias y países limítrofes, pero que la situación en que salió el coche de la Güemes es «inadmisible» y sería considerado «una falta grave» a la que seguramente le correspondería al menos «la quita de la traza, para no dejar sin comunicación a grandes sectores del territorio».