Aunque no hay vientos fuertes sorprende en las últimas horas que se produzcan desprendimientos importantes en las copas del arbolado público de la ciudad. En la noche de este sábado se desprendió una gran rama de un árbol en la segunda cuadra de calle San Lorenzo, afectando a un estacionamiento de motos en la vía pública. Pero también hubo desprendimientos en el arbolado en otros sectores de la ciudad, como sucedió por ejemplo en calle Rosario, entre Moreno y Maipú.
¿Es el calor intenso el que está provocando este fenómeno? Los especialistas aseguran que puede influir: la combinación de altísima evaporación provocada por la acción del sol y las temperaturas elevadas, más la falta de lluvias que se está registrando, generan problemas de salud en los vegetales, casi a la manera de un «golpe de calor», que los debilita y puede provocar estos problemas.
«El golpe de calor se traduce en el marchitamiento, atabacado y necrosis de hojas y brotes, como consecuencia el árbol se defoliaç», según consideran los expertos.
Un caso español
En España, más precisamente en Sevilla, se registró en el verano de 2018 un accidente en donde la caía de una rama de gran tamaño mató a una persona. En ese momento, se explicó que el árbol es un sistema complejo, con un funcionamiento basado en la interacción de muchos procesos, como fotosíntesis, respiración y transpiración. El adecuado balance entre fotosíntesis y respiración, en situaciones de estrés, puede inducir un reajuste en el equilibrio del árbol que conduzca a la caída de una rama. Una rama que cae, puede organizar un fenómeno en cadena arrastrando otras en su caída. Puede ser un fenómeno de baja probabilidad e imposible anticipación por ausencia de síntomas externos detectables.
¿Por qué ocurre esto? Por ejemplo, en verano tras un periodo de altas temperaturas y escasa precipitación, puede aparecer la caída de las ramas de grandes árboles maduros, sin síntomas externos, denominado por sus siglas en ingles SBD (Summer Drop Branches), es decir, caída veraniega de ramas. Entonces: a no sorprenderse por este fenómeno.