Un grupo de vecinos de barrio Fasoli, acompañados por la Comisión Vecinal, se autoconvocaron este miércoles por la tarde frente a una propiedad ubicada en Mainardi al 1000, donde hay una obra en construcción abandonada afectada por la causa judicial Spaggiari. El lugar, según denuncian, es utilizado como “aguantadero” por delincuentes que luego de cometer robos en la zona se esconden allí o descartan objetos sustraídos.
La situación generó gran preocupación entre los residentes, especialmente después de lo ocurrido la noche anterior, cuando una familia de calle Soldano fue víctima de un robo. La policía logró detener a dos de los cuatro presuntos autores del hecho, pero la inseguridad dejó una vez más al barrio en alerta.
Lucio Segovia, presidente de la Comisión Vecinal, expresó que una de las alternativas que les propusieron desde el Municipio – se hizo presente Cristian Molina que trabaja en coordinación entre la GUR y Vecinales- fue enviar una nota a la Fiscalía para que autorice al municipio a realizar un cerramiento adecuado de la propiedad. “Ahora están las chapas, pero no llegan a cubrir el 100% de las aberturas. Tanto sobre Mainardi como sobre Soldano es la misma situación”, explicó.
Segovia remarcó que “si la justicia autoriza al municipio a hacer un cerramiento correcto, se tornaría mejor la situación”, ya que permitiría advertir con mayor facilidad si alguien entra al lugar. “Si una chapa está corrida, es obvio que alguien está adentro. Entonces es más fácil también para el vecino hacer la denuncia, porque ve la chapa corrida y ya está. O si la misma policía ve la chapa movida, pasa lo mismo”, detalló.
En cuanto al uso que se le estaría dando a la propiedad, afirmó que “es como un tipo aguantadero”, donde se esconden objetos robados y también los propios delincuentes. Si bien señaló que hasta el momento no tienen conocimiento de que haya personas en situación de calle durmiendo allí, advirtió: “La idea es que no se convierta como en otra construcción que tenemos en el mismo barrio, que por suerte ahora está en camino de solucionarse”.
Segovia alertó que si no se actúa a tiempo, las consecuencias podrían ser más graves. “En el momento en que se llegue a eso, por ahí ya es tarde, y puede haber otras consecuencias para los vecinos”.
“Estamos mal, cansados y con miedo”
Carlos Landriel, vecino del barrio, fue tajante: “Mal, mal y cansados, porque esto ya se está tomando un caos”. Explicó que, aunque ahora la construcción está cerrada con chapas, “en cualquier momento las sacan, se meten, es como un aguantadero”.
Landriel subrayó que los vecinos están hartos de convivir con la inseguridad: “Uno está cansado, no es por nada. Si esto estuviera en otro barrio, creo que no pasaría. Pero como estamos en el barrio Fasoli, y acá son todos muy pacíficos, muy tranquilos”.
Sobre la intervención municipal, consideró que no es suficiente: “El municipio viene, te corta los pastos, pero el tema es la inseguridad que hay”. Cuando se le preguntó si saben de dónde son las personas que merodean el lugar, dijo: “No son del barrio. Ya nos conocemos, somos pocos y nos conocemos mucho”.
Para Landriel, el robo de la noche anterior fue “la gota que rebalsó el vaso”. Y agregó: “La justicia está como está, el país sabe cómo está la justicia. Rafaela no pasa por alto, es lo mismo: entrás hoy y mañana ya estás afuera, y está haciendo lo mismo o peor”. Finalmente, pidió cortar el problema “de raíz”, y expresó su preocupación por posibles represalias hacia los vecinos.