Como sucede en todos los 7 de agosto, pero mucho más en la jornada de este domingo, una multitud visitó la parroquia de San Cayetano en el barrio Amancay, a lo largo de todo el día. El clima acompañó, sobre todo en horas de la tarde, para que un desfile constante de feligreses pasaran frente a la imagen del Santo Patrono de la paz, el pan y el trabajo.
La mayoría de los devotos fueron a agradecer por la posibilidad de contar con un empleo, pero muchos otros también fueron a orar para pedir la gracia de un empleo o bien invocaron a San Cayetano por la situación que afronta la Argentina en su conjunto.
Hubo varias misas a lo largo del día y, como siempre, muchos aprovecharon para comprar imágenes del Santo, o bien las espigas de trigo con que se lo venera a San Cayetano, así como también hubo puestos de ventas de pastelitos, empanadas y pollos, cuyo producto ayuda a la comunidad de la parroquia a sostener las tareas de la misma y el mantenimiento del edificio parroquial, que este año lució renovado en su aspecto exterior.
Por otra parte, a las 17.30 cuando caía el sol y el frío comenzaba a hacerse sentir, se realizó la tradicional Procesión en torno a la plaza de la Bandera, presidida por el obispo Monseñor Luis Fernández.
Fue la ultima homilía de Fernández en San Cayetano, ya que está esperando la designación de un nuevo obispo, en razón de haber presentado su carta de renuncia a Francisco, por haber cumplido 75 años. El papa debe designar a un nuevo obispo, cosa que podría ocurrir en las próximas semanas.
En su mensaje pastoral, Fernández convocó a los presentes a sostener la unidad como hermanos e invocó la fe en San Cayetano para pedir por la superación de las diferencias entre argentinos y los males que aquejan al país.