FUENTE: RAFAELA NOTICIAS
Los hermanos Brandon y Dylan T. quedaron en prisión preventiva, luego que el juez que interviene en el caso del homicidio de Matías Bejarano, ocurrido en la noche del viernes en la zona de Manuel Obligado y Benito Juárez, en el barrio Villa Podio, resolviera hacer lugar al pedido de la fiscal Lorena Korakis. Los hermanos están acusados de haber disparado con al menos una carabina contra Bejarano y un grupo de jóvenes que se hallaban atacando la vivienda donde se encontraban refugiados. Uno de los disparos hirió mortalmente en el corazón y los pulmones a Bejarano, que cayó tendido en el piso y falleció prácticamente en el acto.
La audiencia de medidas cautelares se llevó adelante en la mañana de este miércoles, fue presidida por el juez Javier Bottero, y contó con la participación de la fiscal Lorena Korakis y del abogado defensor Pablo Mosconi.
Al presentar su hipótesis del caso, tras analizar los elementos arrojados por la investigación, Korakis se refirió puntualmente a una evidencia que resultaría clave para dilucidar el caso. Se trata de la grabación del llamado al 911 efectuado por el abuelo de los acusados, quien solicitaba un móvil de inmediato, ya que Bejarano y otros jóvenes estaba apedreando su casa. En ese mismo audio, ya que el señor no cortó la llamada, se puede notar la gran desesperación del hombre, quien en todo momento pedía a sus nietos que no salieran al exterior, pero también se escucha una conversación en segundo plano:. El diálogo es, a interpretación de la fiscal, esclarecedor:
-¿Brandon le tiraste?- pregunta una voz.
-Sí-, contesta el aludido Brandon.
-¿Y donde le diste?- consulta su interlocutor
-No sé, quedó tirado- responde el mencionado como Brandon.
Siempre de acuerdo a lo que se percibe en el audio, el abuelo intentó que ambos jóvenes no salieran de la casa, pero no lo habría logrado.
Sumado a esto, la fiscal presentó el testimonio de varios testigos, quienes manifestaron haber visto la situación, y todos coincidiendo en que los imputados portaban armas, mientras que la banda de Bejarano arrojaba piedras.
Korakis pidió la prisión preventiva para ambos, haciendo referencia a que no cuentan con trabajos fijos, que no tienen personas a su cargo, y que ante la alta expectativa de la pena podrían darse a la fuga, o eventualmente también comprometer la seguridad de los testigos, lo que pondría en peligro el curso de la investigación y del proceso judicial.
Al momento de la defensa, el abogado Pablo Mosconi consideró que no está claro lo sucedido, que aún resta la recolección de más pruebas e hizo hincapié en que los testigos tuvieron inconsistencias en sus relatos, contradiciéndose en algunos puntos.
Además, hizo referencia a que los desmanes comenzaron con Bejarano y su banda, en contra de sus defendidos, a quienes les habrían arrojado gran cantidad de piedras, las cuales fueron encontradas en el lugar.
Además, aunque no dio por sentada la aceptación de la «materialidad de los hechos» (es decir, no aceptó que esté probado que uno de los imputados fue el que disparó el balazo mortal) Mosconi consideró imposible que se acuse a los hermanos como coautores, siendo que eventualmente sólo uno pudo haber apretado el gatillo. Por todo esto, la defensa solicitó medidas alternativas, como el pago de una fianza de un millón de pesos a cada uno, y quedar al cuidado de su abuela. Esto fue rechazado por el juez, con cierta lógica: hasta el propio llamado al 911 resultó revelador de que el control parental no es suficiente para contener la conducta de los imputados.
Finalmente, luego de los argumentos de cada una de las partes, el Juez Bottero dio sus justificaciones, y terminó decidiendo que Dylan y Brandon T. cumplan con prisión preventiva sin plazos.
