En su informe matutino diario, el ministerio aseguró que la Fuerza Aeroespacial de Rusia «destruyó con armas de alta precisión un emplazamiento temporal de mercenarios extranjeros en las cercanías de la localidad de Zolochiv, en la región de Jarkov. Fueron aniquilados más de 100 y heridos más de 50 combatientes polacos y alemanes».
El vocero de Defensa ruso, Igor Konanshenkov, dijo que las fuerzas compatriotas también destruyeron con misiles de alta precisión dos subestaciones eléctricas en las estaciones ferroviarias de Apostolove y Sinélnikove, en la región de Dnipropetrovsk.
La aviación rusa atacó también las posiciones de la 63 brigada motorizada del Ejército ucraniano en las localidades de Bilogirka y Lozove, en la región de Jerson, en el sur de Ucrania, y ocasionó más de 160 bajas, informó la agencia rusa de noticias Sputnik.
Las autoridades de Ucrania, por su parte, aseguraron que destruyeron una de las bases del grupo militar privado ruso Wagner en la ciudad de Popasna, en la región de Lugansk, una de las dos provincias que integran la región prorrusa del Donbass, también en el este de Ucrania.
El jefe militar de la región de Lugansk, Serhi Haida, celebró en Facebook que las Fuerzas Armadas de Ucrania hayan vuelto a tener «éxito» en la destrucción de uno de los cuarteles generales del «enemigo» y agregó que se desconoce el número exacto de muertes causadas por el ataque, según la agencia de noticias Europa Press.
También informó que las tropas rusas bombardearon esta madrugada en hasta cuatro ocasiones ciudades y pueblos con lanzacohetes, así como otras seis con morteros, además de cuatro ofensivas terrestres mediante tanques.
A su vez, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, mantuvo una conversación telefónica con el secretario general de la ONU, António Guterres, para tratar la situación de la central nuclear de Zaporiyia, situada en pleno frente de la guerra.
Ambos «han tratado las condiciones para que la central nuclear de Zaporiyia pueda funcionar en condiciones de seguridad», informó el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado.
También trataron las propuestas de la ONU para simplificar la exportación de productos alimentarios y fertilizantes rusos.
En tanto, el vocero de las autoridades prorrusas en las áreas ocupadas de Zaporiyia, Vladimir Rogov, propuso declarar el régimen de silencio en torno a la central nuclear, zona que sufre bombardeos frecuentes.
«Las autoridades de la ONU y el jefe de la diplomacia de la UE no deben abogar por la desmilitarización, sino introducir el régimen de silencio y prever no solamente las sanciones por incumplirlo, sino también sanciones duras por ataques a la central», dijo el funcionario.
La central nuclear de Zaporiyia, la más grande en Europa, se encuentra cerca de la ciudad ucraniana de Energodar. Cuenta con seis reactores de agua presurizada del modelo VVER-1000 y tiene una capacidad total de 6.000 megavatios.
La central está en territorio ucraniano pero bajo el control de las Fuerzas Armadas de Rusia desde marzo pasado.
Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de bombardear la planta central, situada en la provincia homónima.
El viernes pasado un ataque provocó un incendio en un conducto de hidrógeno, como resultado se cortó el suministro de electricidad a una parte de los equipos del reactor 3 y disminuyó la capacidad de generación del reactor 4.
El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, expresó su preocupación por el bombardeo, al subrayar que las acciones militares en la zona entrañan «un peligro muy real de catástrofe nuclear».
El sábado la administración militar civil denunció otro ataque a la central.
En paralelo, la guardia fronteriza del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) informó que más de 19.000 ciudadanos de las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, pasaron por los puestos de control en la frontera con la provincia rusa de Rostov del Don durante las últimas 24 horas.
La ONU estima en más de 10,6 millones de personas el número de ucranianos que huyeron de las hostilidades en su país para buscar refugio en Estados vecinos, a lo que se suman unos ocho millones de desplazados dentro de Ucrania.