La canciller británica, Liz Truss, pidió al Gobierno francés que retire sus amenazas de sanción en el litigio que los enfrenta por las licencias posbrexit para los pesqueros franceses que faenan en aguas británicas y que recalentó en las últimas semanas la relación bilateral.
«Las amenazas francesas son completamente irracionales y deben retirarlas, sobre todo las que afectan a las islas del Canal de la Mancha (Jersey y Guernsey, posesiones británicas) y a nuestra industria pesquera», declaró Truss en la cadena de televisión SkyNews.
Si no se producen avances en las negociaciones antes del próximo martes, París amenaza con prohibir a los pesqueros británicos descargar su mercancía en los puertos franceses, así como reforzar los controles aduaneros de los camiones que crucen entre ambos países.
La jefa de la diplomacia británica aseguró que su Gobierno usará el mecanismo de resolución de conflictos en el marco del acuerdo comercial posbrexit, para exigir «medidas compensatorias».
En virtud de los acuerdos del Brexit, los pescadores de la Unión Europea pueden seguir trabajando en las aguas británicas a condición de que demuestren que ya pescaban allí antes, pero Francia y el Reino Unido no se ponen de acuerdo sobre los justificantes necesarios que hay que presentar.
Tras diez meses de negociaciones infructuosas, las autoridades francesas considerron el pasado jueves que Londres sigue sin respetar los acuerdos de pesca y advirtió que se les acabó la paciencia.
El tema subió de tono cuando el secretario francés para Asuntos Europeos, Clément Beaune, dijo hoy a la cadena CNews que Francia ha sido «paciente y nuestros pescadores responsables», y anunció que a partir del 2 de noviembre el país «aplicará represalias».
Londres solo comprende «el lenguaje de la fuerza» agregó Beaune, mientras la ministra del Mar, Annick Girardin, aludió a «un combate» para obligar a Reino Unido a respetar sus compromisos.
El Gobierno británico calificó horas después de «desproporcionadas» y «decepcionantes» las amenazas francesas, y aseguró que no hay «comunicación formal» en estos momentos con su homólogo galo.
París y Londres se mantienen firmes en sus posiciones y el presidente francés Emmanuel Macron declaró ayer que «la pelota estaba en el tejado de los británicos».