«Unos 27 aviones del EPL (Ejército Popular de Liberación de China) (…) ingresaron el 3 de agosto en la zona circundante» al espacio aéreo de Taiwán, indicó en Twitter el Ministerio de Defensa.
«Frente a las crecientes y deliberadas amenazas militares, Taiwán no retrocederá (…). Mantendremos la línea de defensa de la democracia», había declarado previamente la presidenta, Tsai Ing-wen, citada por la agencia de noticias AFP.
La visita de Pelosi, segunda en la línea sucesoria de la presidencia de Estados Unidos, puso en alerta a los Ejércitos chino y taiwanés, que incrementaron su preparación de combate.
El gobierno de la isla señaló el martes 21 incursiones chinas en su Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ), un área más vasta que el espacio aéreo de un país que en el caso de Taiwán se sobrepone parcialmente al de China.
El gigante asiático, que considera a Taiwán como una provincia rebelde, prometió «acciones militares selectivas», con una serie de maniobras en torno a la isla que empezarán mañana, entre ellas «el disparo de municiones reales de largo alcance» en el estrecho de Taiwán, que separa la isla de China continental.
Estas maniobras son «una medida necesaria y legítima para responder a las graves provocaciones de algunos políticos estadounidenses e independentistas taiwaneses», según la diplomacia china.
En ciertos puntos, la zona de operaciones chinas se acercará a menos de 20 kilómetros de la costa de Taiwán, según las coordenadas compartidas por el ejército chino.
El Ministerio de Defensa taiwanés dijo que los ejercicios violan las aguas territoriales de la isla y denunció «una acción irracional que desafía el orden internacional».
Coincidiendo con la visita de Pelosi, varios barcos de guerra estadounidenses surcaron además las aguas de la región, incluyendo portaaviones con unidades de combate F-35 de última generación.
El Pentágono afirmó que esa presencia militar no está relacionada con el traslado de la legisladora, en lo que fue la primera visita de un titular de la Cámara de Representantes en 25 años, en un viaje que se produce en un momento ríspido de las relaciones entre Estados Unidos y China.
China y Taiwán están separadas de hecho desde 1949, cuando las tropas comunistas de Mao Zedong derrotaron a los nacionalistas, que se refugiaron en la isla.
Estados Unidos reconoció en 1979 al gobierno de Beijing como el de toda China, incluyendo a Taiwán, aunque siguió dando respaldo militar a la isla.