FUENTE: AMBITO FINANCIERO
Falta de precios definidos
El término remito abierto hace referencia a una vieja práctica que se justificaba cuando la facturación era manual y, por ejemplo, se llevaban adelante entregas parciales. La cuenta se cerraba, entonces, con el despacho final de toda la mercadería. Pero en este caso, la nomenclatura que volvió a popularizarse en las últimas horas hace referencia al contexto de incertidumbre. El remito no se cierra porque no hay un precio definido.
Con una biblioteca, podría llamarse “precaución o cobertura”; con la biblioteca opuesta, lo llamarán “especulación”. Lo cierto es que, si bien la situación no es generalizada, comienza a extenderse y afecta principalmente a las PyMEs, que tienen menor margen para negociar ante este tipo de conductas. «Algunas empresas también transmitieron que los proveedores no están haciendo entregas, que es lo más grave. El problema es que frente a la falta de certezas acerca de cuál es el costo de reposición, deciden no bajar la mercadería», señalaron desde una de las principales entidades empresariales bonaerenses.
Desde otra firma, que trabaja con insumos electrónicos, aportan un correo electrónico recibido por parte de uno de sus proveedores: “Debido a la inestabilidad económica y los recientes acontecimientos, nos vemos obligados a suspender las ventas hasta nuevo aviso”, dice el escueto mensaje que fue en respuesta a un pedido de mercadería.
Los industriales consultados por Ámbito explicaron que las complicaciones se están viendo en distintos productos: cajas, cartones, repuestos, plástico, metales y productos químicos, entre otros. En general, las firmas dicen tener stock como para sobrellevar la situación durante las próximas semanas, pero persisten las dudas de que sucederá hacia adelante.