Se sabe que la situación muy particular que atraviesa Rosario y su conurbano es una gran «aspiradora» de recursos en materia de seguridad. Los picos de violencia criminal -en lo que va del año hubo un recrudecimiento de hechos violentos con crímenes sicarios, incluso un triple asesinato en plena tarde en un espacio público- han colocado a esa ciudad en una prioridad a la hora de asignar recursos de todo tipo.
Sin embargo, también en otros puntos de la provincia se produjo un desmejoramento en la seguridad de la población. Sin las mismas problemáticas de Rosario o Santa Fe, ciudades como Rafaela, Sunchales y mucho más Frontera/Josefina están sufriendo la inseguridad, cada una con sus particularidades: en Rafaela y Sunchales, con un fuerte incremento de los delitos predatorios; Frontera/Josefina con hechos violentos, incluidos crímenes y balaceras. De hecho, el departamento Castellanos registró 14 heridos por armas de fuego y una persona asesinada sólo en el mes de enero.
En todas las reuniones de las autoridades involucradas surge la necesidad de contar con más policías, dada la extensión del departamento, que es el que mayor número de localidades tiene entre las 19 jurisdicciones departamentales de la provincia: 46.
Todos a Rosario
Sin embargo, Rosario sigue llevándose todo: los 84 egresados de la última camada de policías formados en la Escuela que funcionó hasta diciembre en el autódromo de Rafaela -ahora cerrada, por disposición del Ministerio de Seguridad, que dispuso centralizar la formación policial en Rosario y en Recreo- fueron destinados esta semana a la zona de Rosario, donde tendrán sus primeros destinos.
En total, fueron 160 efectivos los que se formaron en Rafaela y ninguno quedó en el departamento Castellanos, ya que todos fueron destinados al sur provincial. En su gran mayoría los cadetes eran oriundos de localidades del Norte provincial, que se habían anotado en Rafaela por cuestiones de cercanía geográfica con sus poblaciones de origen; y porque aspiraban a trabajar en esta región. Con la noticia de sus nuevos destinos, esas expectativas llegaron a su fin.
En el Concejo Municipal de Rafaela en el mes de diciembre se trató una iniciativa de la concejala Valeria Soltermam y del bloque justicialista para que los policías de la última «camada» de egresados quedaran en Rafaela. Soltermam había recogido las inquietudes de los cadetes -no menos de 15 se habían entrevistado con la concejala- acerca de sus nuevos destinos, dado que algunos de ellos eran de poblaciones del departamento 9 de Julio o Vera, y temían ser trasladados al otro extremo de la bota santafesina, cosa que finalmente ocurrió.
Al margen de esas situaciones personales, lo preocupante es la falta de refuerzos que viene sufriendo la policía local, cada vez más «estirada» en las demandas por parte de las comunidades del departamento, y cada vez más escasa de recursos humanos. Además, con coyunturas muy graves, como las que suceden en Frontera/Josefina, poblaciones asoladas por la violencia altamente lesiva (un eufemismo que define a las prácticas criminales de las bandas narco) que tiene extremadamente preocupadas a las autoridades políticas, al MPA y a las instituciones de la región.