Australia y Países Bajos confirmaron este domingo los primeros casos de la variante Ómicron del coronavirus en viajeros, mientras que Israel y otros países endurecieron sus controles para impedir la propagación de la temida nueva cepa identificada en el sur de África.
Marruecos, en tanto, se convirtió en el primer país en suspender el ingreso de vuelos de cualquier lugar del mundo, durante dos semanas desde mañana, debido a la rápida difusión de la variante, anunció su Ministerio de Relaciones Exteriores.
Las restricciones reflejan el apresuramiento con que países de todo el mundo buscan impedir o limitar la presencia de la variante Ómicron apenas días después de que su descubrimiento fuera anunciado por investigadores de Sudáfrica.
Las medidas preventivas son un espejo de la creciente alarma sobre la aparición de una variante potencialmente peligrosa a casi dos años del inicio de una pandemia que ya mató a 5 millones de personas, trastornó vidas y golpeó economías en todo el planeta.
Por esa misma preocupación, el Reino Unido, a cargo de la presidencia rotativa del Grupo de los Siete países más desarrollados (G7), convocó para el lunes a una reunión «de emergencia» de los ministros de Salud del foro que también integran Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia y Japón.
Aunque aún se sabe poco sobre la nueva variante además de que es altamente transmisible, científicos temen que pueda ser resistente a la protección que dan las vacunas y que haga que la pandemia dure más de lo que se anticipaba.
Una médica y científica sudafricana que fue una de sus descubridoras y que trató a una treintena de pacientes infectados con la mutación dijo este domingo que hasta ahora los casos dieron cuadros clínicos «leves», que no han requerido hospitalización.
Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica Sudafricana, dijo a la agencia de noticias AFP que la mayoría de los contagiados son hombres menores de 40 años, la mitad de los cuales estaba vacunado.
Coetzee dijo que hace diez días alertó a las autoridades sobre pacientes con Covid-19 con síntomas distintos a los de la variante Delta, predominante en Sudáfrica, sobre todo gran fatiga, dolores musculares, tos seca y picazón en la garganta.
En México, uno de los funcionarios de Salud de mayor jerarquía notó que la información difundida sobre los peligros de Ómicron no tiene aún correlato en evidencia científica y opinó que las restricciones de viaje son poco útiles y afectan la economía.
«La información difundida sobre los riesgos de la nueva variante es desproporcionada respecto a lo que muestra la evidencia científica existente», aseguró el subsecretario de Salud de México, Hugo López-Gatell, en su cuenta de Twitter.
«No se ha demostrado que sea más virulenta ni que evada la respuesta inmune inducida por las vacunas», añadió.