Aumentar la productividad, el volumen exportado y mantener cortes para el mercado interno a precios razonables, es lógico. Solo hay que tener un gobierno creíble y este no lo es. Ademas de errar en las principales políticas publicas, en este caso, es un tiro en el pie. Golpear a uno de los sectores que genera divisas. Instamos a que se privilegien políticas orientadas al diálogo y cooperación.
Estas recetas ya se implementaron en nuestro país. Significaron 10 millones menos de cabezas de ganado, destrucción de puestos de trabajos, expulsión del sistema productivo de pequeños productores y estrago en el tejido social en cientos de pueblos y localidades del interior.
Esto huele a receta de buscar enemigo para entretener, arreglar el negocio para dos o tres grandes exportadores de carne a cambio de nuevas mentiras y prebendas. Corto alcance, mucho daño.