Un nuevo flujo de lava del volcán Cumbre Vieja, en erupción durante casi tres semanas en La Palma (Islas Canarias), está causando una «tremenda destrucción» a medida que fluye desde el cráter, tras un derrumbe parcial, informó este sábado el Instituto Canario de Vulcanología (Involcan) a través de las redes sociales.
Por el momento, las autoridades no emitieron nuevas advertencias a la población.
El magma «dificulta la movilidad de nuestro personal de la zona», indicó Involcan.
El presidente de la municipalidad de La Palma, Mariano Hernández, explicó a la televisión pública de Canarias que el nuevo caudal es consecuencia del colapso parcial del cráter, ocurrido esta madrugada, informó la agencia de noticias ANSA.
Este episodio volcánico provocó que el nuevo flujo de magma comience a correr «más al norte» que el flujo principal, aunque las últimas noticias señalan que nuevamente está «tendiendo al sur» para «unirse» al río candente principal, según Involcan.
En tanto, el aeropuerto de la isla canaria de La Palma reabrió este sábado tras 48 horas de cierre a raíz de las cenizas volcánicas causadas por el volcán Cumbre Vieja, y las aerolíneas esperaban reanudar sus vuelos en esta misma jornada.
Nubes de espesa ceniza procedente del volcán Cumbre Vieja obligaron al aeropuerto a interrumpir sus actividades el jueves por la mañana, por segunda vez desde su erupción el 19 de septiembre en la isla en el archipiélago atlántico de Canarias, situado frente a Marruecos al sudeste de España, informó AFP.
«El Aeropuerto de La Palma recupera la operatividad», indicó el operador aeroportuario AENA, agregando que continuaban «las labores de limpieza en las zonas que aún no están operativas».
La aerolínea canaria Binter afirmó que estaba analizando las condiciones y dijo que podría reanudar los vuelos este sábado.
«Esperamos que todo esté en condiciones para operar a partir de las próximas horas», señaló a AFP una vocera de la compañía.
Desde que comenzó la actividad volcánica el 19 de septiembre, el magma ha cubierto un total de 480,5 hectáreas, afectando o destruyendo hasta el momento 1.149 edificaciones e infraestructuras.