En una entrevista publicada por el diario La Nación, el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappallini, analizó el papel central que cumple la industria en la economía nacional y su impacto en la vida social del país.
Rappallini recordó que el sector industrial “representa hoy el 18% del PBI argentino, genera el 20% del empleo y aporta cerca del 30% de la recaudación impositiva, es decir, un 50% más que su participación en la economía”. Pero aclaró que su relevancia “va mucho más allá de los números”: la industria —sostuvo— “genera aprendizaje, cohesión social, identidad territorial y capital humano”.
“Detrás de cada fábrica hay organización, esfuerzo, innovación y un entramado de confianza que sostiene a la sociedad. Cuando una fábrica abre, una comunidad se enciende; cuando cierra, una ciudad se apaga”, afirmó el dirigente.
Rappallini planteó que la verdadera riqueza de un país se mide por “la capacidad de su gente y de sus empresas para transformar conocimiento en productos y servicios de alta calidad y bajo costo”. En ese sentido, consideró que “fortalecer la industria es fortalecer el tejido social, la movilidad y la pertenencia”.
El titular de la UIA también remarcó la competitividad como “condición de existencia” del sector: “Desde sus orígenes, cada empresa industrial se mide frente a estándares globales: calidad, productividad, innovación. Esa necesidad de competir impulsa la eficiencia, la organización y el respeto por las reglas”.
Asimismo, destacó que el 80% de la inversión mundial en investigación y desarrollo se concentra en la industria, espacio donde “florecen la ciencia, la creatividad y la educación técnica aplicada”.
Para Rappallini, la estabilidad macroeconómica es una condición indispensable para la inversión productiva: “Solo florece con moneda estable, crédito accesible y reglas previsibles. La industria misma exige esa estabilidad, y cuando la hay, toda la sociedad se beneficia”.
En relación con la inserción internacional, señaló que “en economías con mercado interno limitado, solo la exportación permite escalar producción, incorporar tecnología y sostener empleo de calidad”.
Finalmente, el dirigente subrayó que “cada provincia argentina tiene una cadena de valor con potencial”, desde la minería y la energía hasta la agroindustria y la maquinaria, y que “la industria es el espacio donde grandes, medianas y pequeñas empresas se integran en redes de cooperación”.
“La industria —concluyó— es más que un sector económico: es una cultura. Enseña a organizar, a mejorar, a competir y a innovar. Apostar por la industria es apostar por el trabajo, la educación y el futuro del país”.