Fue un fin de semana a pedir de Mariano Werner en Rafaela. El entrerriano se llevó todo lo que vino a buscar al Templo de la Velocidad, con un Ford que resultó inalcanzable. Lo demostró el sábado, cuando le bastó una vuelta rápida para irse a los boxes convencido de que nadie le sacaría la pole del bolsillo. Y en el agobiante domingo de fines de octubre que nos deparó en esta jornada el clima, el Zorro de Paraná le dio la razón a los que vinieron a verlo festejar: ganó su serie, se aseguró el mejor lugar en el cajón de salida y no tuvo problemas a lo largo de los 25 giros, ni siquiera cuando los golpes contra el paredón del curvón Sur de Augusto Carinelli y Diego Ciantini -quien al perder el auto y probar la consistencia del paredón era escolta de Werner y trataba de darle alcance- obligaron a salir al pace car. Cada relanzamiento encontró al de Parana como sólido lider.
Detrás suyo la carrera ofreció otros condimentos, sobre todo a partir del trabajo de Agustín Canapino, que escaló en el clasificador -había sido el más rápido en los entrenamientos, pero sólo pudo ser décimo en la clasificación y tercero en su serie- superando sucesivamente a varios rivales y llegando al tercer lugar del podio, detrás de su compañero de equipo del JP Carrera Santiago Mangoni. Fue el mejor resultado del arrecifeño desde que volvió al TC para completar las últimas seis fechas, mientras ya tiene asegurada su participación en IndyCar el año próximo.
Luego de Mangoni y Canapino, ambos con Chevrolet, clasificaron Juan José Ebarlín, con la misma marca; Jonatan Castellano y Valentín Aguirre, con Dodge; Nicolás Bonelli (Ford), Marcelo Agrelo (Dodge), Gastón Mazzacane y Cristian Ledesma, completando los diez primeros.
