Los ocho rugbiers condenados hoy por el homicidio de Fernando Báez Sosa fueron trasladados tras la lectura del veredicto a la alcaidía de Melchor Romero, donde cumplieron la mayor parte de los tres años que llevan detenidos con prisión preventiva, informaron fuentes judiciales.
Dónde cumplirán la pena impuesta por la justicia los ocho acusados por el asesinato es uno de los interrogantes que se abrió este lunes, después de que el Tribunal Oral N°1 de Dolores condenara a cinco de ellos a prisión perpetua y a tres a 15 años de cárcel.
En principio, Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23) y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi podrían seguir alojados en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero, donde estuvieron desde su detención a principios de 2020 a la espera de que los jueces decidan su destino.
Sin embargo, el Servicio Penitenciario Bonaerense todavía no recibió ninguna indicación por parte del Tribunal de Dolores, y de quedar a su criterio el lugar, ellos decidirán donde serán alojados.
El Penal de Dolores
Los rugbiers permanecieron detenidos en la Unidad 6 de Dolores desde 1 de enero, cuando fueron trasladados para estar cerca del tribunal en el comienzo del juicio. En concreto, hay unas nueve cuadras entre sus celdas y el banquillo de los acusados de los tribunales locales.
Ese penal dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) no es nuevo para ellos, porque ya habían estado de paso por ahí sobre fines de enero del 2020, apenas unos días después de la golpiza que protagonizaron y tuvo como víctima fatal a Báez Sosa.
El penal de Dolores es uno de los más antiguos de la provincia, ya que según el sitio web del SPB funciona desde 1810 como «depósito de prisioneros» y desde 1877 como unidad penitenciaria, figura que se mantiene hasta la actualidad. Adentro hay una escuela que funciona tanto para detenidos como para el personal y alumnos que estudian abogacía por medio de un convenio con la Universidad de Mar del Plata.
Es una cárcel chica, que tiene un predio equivalente a una manzana y está ubicada en medio de la localidad. Además, hay un sector de talleres donde se aprende chapa y pintura, herrería, mecánica, electricidad, pintura de obra, carpintería, plomería, fabricación de portones, parrillas y rejas, entre otros aspectos. Según Clarín, ese penal está superpoblado.
La probabilidad de que se queden en Dolores es baja teniendo en cuenta que hoy se lee la sentencia y el juicio termina. Una de las cosas que suele ocurrir cuando los procesos ocurren en lugares distintos y alejados de donde los acusados son oriundos, piden ser alojados en unidades penitenciarias cercanas a donde vivían cuando estaban en libertad.