FUENTE: AGENCIA TÉLAM
La figura recortada de un hombre que arroja una piedra en medio del humo de los gases lacrimógenos es una de las imágenes icónicas de la represión del 20 de diciembre de 2001 y fue capturada por el reportero gráfico Enrique García Medina para la agencia Télam poco después de haber recibido el disparo de una bala de goma en una secuencia de «sincronía perfecta».
Segundos antes de ese encuadre, un policía reconoció a García Medina de habituales coberturas en Tribunales -«me tenía bronca», reconstruye el fotógrafo- y, entre risas, apuntó y le disparó una bala de goma. «Me pegó en el brazo, la cámara me cubrió los ojos y yo le grité ‘sorete’. En ese momento, me corro a la izquierda y veo al pibe que tira la piedra, como una sincronía perfecta», reconstruye hoy.
A 20 años de ese instante que luego se reprodujo en miles como una síntesis visual completa de las trágicas jornadas de finales de 2001 que terminaron en la caída del gobierno del expresidente Fernando de la Rúa, la identidad del joven protagonista capturado por García Medina todavía permanece rodeada de misterio.
«El equipo completo estaba en la calle. Esa foto me llamó la atención apenas la recibimos. Resumía muy bien lo que estaba pensando; era una imagen perfecta»Alejandro Andam, ditor fotográfio de Télam
«Dicen que se llamaba Bernardo, que era de clase alta y que militaba en el Partido Obrero, que murió de cáncer antes o durante la pandemia», relata el fotógrafo en diálogo con esta agencia.
García Medina recuerda que el balazo que recibió en el brazo le dio «energía» para hacer la foto que, asegura, dos décadas después «todavía» le gusta.
Durante aquella jornada febril de cobertura periodística, Télam emitió 107 fotografías. El registro analógico convivía aún con el digital y los fotógrafos entregaban las capturas en tarjetas o rollos.
«El equipo completo estaba en la calle. Esa foto me llamó la atención apenas la recibimos. Resumía muy bien lo que estaba pensando; era una imagen perfecta. No fue necesario cortarla y era claro que se iba a convertir en una síntesis por su potencia», relata Alejandro Andam, editor jefe de la sección Fotografía en aquel momento.
«No había banderas, sólo las cacerolas sonando»Enrique García Medina
Para García Medina, la foto también retrata y resume el clima de aquellos días de estallido social cuando «la gente salió a la calle como lo hace el agua cuando hierve en una olla».
«Lo que pasó en 2001 no fue espontáneo, se fue gestando, como la olla cuando está por hervir el agua. Salieron todos, hasta la vecina de al lado. No había banderas, sólo las cacerolas sonando», recuerda.
La noche del 19 de diciembre, De la Rúa anunció por cadena nacional el decreto que establecía el Estado de Sitio y, casi de inmediato, la ciudadanía salió a la calle a manifestarse en contra de esa decisión en una jornada signada por los saqueos y acciones represivas en varias ciudades del país.
«La policía tenía cualquier orden y hacía lo que quería. Era todo tan confuso que ni siquiera ahora me acuerdo, venían por todos lados», recuerda el fotógrafo.
Ese miércoles 19, en las primeras horas de las manifestaciones, García Medina se dirigió desde Plaza de Mayo por Avenida Rivadavia, en el mismo sentido que los manifestantes. .
«Vi que empezaban a correr desde arriba de las escaleras del Congreso y veo un hombrecito tirado. La policía le arrancaba la ropa a los tirones», reconstruye sobre lo que pudo llegar a ver mientras se cubría de las explosiones.
En ese momento sacó otra foto que se volvería histórica: Jorge Demetrio Cárdenas yacía tirado sobre las escaleras principales del Congreso, con un rastro de sangre por detrás.
García Medina fue colaborador permanente de Télam y trabajó como fotógrafo para Revista Gente hasta el 2019 pero, según asegura, trata de mantenerse «siempre independiente» a la hora de retratar momentos históricos
García Medina también logró retratar al autor del disparo que hirió a Cárdenas, pero nunca lo llamaron a declarar en la causa: «Me da bronca porque me llamaron a declarar por cada pelotudez y por eso, no», denuncia.
Recuerda que se quedó tomando registros hasta las 5 de la mañana, que se acostó a descansar, y a las 7 ya estaba de vuelta en la Plaza de Mayo porque, agregó, «no podía dormir».
García Medina fue colaborador permanente de Télam y trabajó como fotógrafo para Revista Gente hasta el 2019 pero, según asegura, trata de mantenerse «siempre independiente» a la hora de retratar momentos históricos y «guardarlos» para él.
Además de la represión de 2001, registró otros momentos históricos clave como la imagen del dictador Jorge Rafael Videla esposado, además de las coberturas como la tragedia de Cromañón y la masacre de Carmen de Patagones, entre muchas otras.