El Instituto para el Desarrollo Social de la Argentina (Idesa) advirtió que «la competitividad se consigue eliminando los factores que encarecen los costos de la producción local», con lo que respaldó la posición del presidente Javier Milei frente a quienes sugieren «aumentar el ritmo del dólar oficial».
El centro de estudios que dirige el economista Jorge Colina señaló que «aumentar el ritmo de devaluación tiene muchos impactos. Uno muy importante se puede ilustrar observando lo qué pasó con la última gran devaluación. Según datos del INDEC y la Secretaría de Trabajo de la Nación se observa que en noviembre del 2023 el dólar oficial a precios de hoy era $685 y el salario real de los trabajadores formales era de $770 mil también a precios de hoy.
«En diciembre del 2023 -prosigue- el dólar oficial saltó a $1.200 a precios de hoy y el salario real cayó a $660 mil. Y en marzo del 2023 el dólar bajó a $857 y el salario real subió a $680 mil. Estos datos muestran que hay una relación inversa entre tipo de cambio y el salario real. La devaluación mejora la competitividad, pero a costa de bajar el salario real».
Idesa explica que «en sentido contrario, cuando los efectos de la devaluación empiezan a desvanecerse –esto es, cuando comienza la apreciación cambiaria– el salario real comienza a recuperarse. Por lo tanto, la recomendación de aumentar el ritmo de devaluación no solo colisiona con el objetivo de bajar la inflación sino también con el de recuperar el salario real. Tipo de cambio alto tiene como contrapartida salarios reales bajos.»
«Los argumentos en favor de acelerar el ritmo de devaluación sostienen que para generar bienestar a la población se necesita un tipo de cambio competitivo que defienda la producción nacional. En esta visión, la apreciación cambiaria implica especulación financiera, fuga de capitales y mayores importaciones que destruyen la industria nacional y el empleo. La devaluación es la manera de preservar la producción nacional y el empleo, aunque sea a costa de moderar la baja de la inflación y la recuperación de los salarios».
Idesa señala que «en la visión oficial, por el contrario, la manera de preservar la producción nacional y el empleo, sin comprometer el objetivo de bajar la inflación y recuperar el salario real, es eliminando las innumerables distorsiones regulatorias y tributarias que afectan a la economía argentina».
«Acelerar el ritmo de las trasformaciones de la economía tiene clara ventajas sobre la propuesta de acelerar el ritmo de devaluación. Como contrapartida, demanda abordar desafíos mucho más complejos. Para devaluar alcanza con una disposición del Banco Central. Para transformar la economía se necesita mucha pericia política y gran capacidad de gestión. La media sanción de la Ley de Bases y la reforma tributaria aprobadas esta semana en la Cámara de Diputados son una buena señal. Pero, de cara a los desafíos pendientes, apenas un modesto paso en el sentido correcto».
¿Qué dijo Milei?
En un reciente hilo de posteos en X, antes de viajar a Estados Unidos, el propio presidente respondió una vez más a los economistas que advierten sobre los efectos del retraso cambiario. «Si Argentina tiene una presión fiscal formal agobiante, una infraestructura deficiente y mercados poco abiertos que dificultan la competencia, lo que nos hace caro en dólares ¿les parece justo pedir devaluación para licuar los salarios en dólares y así aumentar la pobreza?
«Acaso -advirtió MIlei- ¿no sería mejor ir por reformas estructurales que nos permita ser competitivos sin castigar al salario real? ¿No les alcanza con casi 90 años de una receta inválida?». El planteo fue ofrecido a las puertas de la primer reforma estructural basada en el proyecto de ley de Bases que analiza por estas horas el Senado nacional.
«Si no hay déficit fiscal, si no sube la base monetaria, si suben las reservas y no hay brecha ¿no estaremos ante un reacomodamiento de precios ante la distorsión del pasado? ¿Acaso ello no se manifestaría en precios altos en dólares? A su vez, entiendo que no les cabe el sistema de precios pero ¿no podría ser que ello sea un motor para una inversión que nos permita ganar competitividad? Se los dejo para pensar..», expuso el presidente.
«Calidad de vida»
«Los países con mayor calidad de vida tienen salarios altos en dólares», señala el análisis de Idesa. Expone que «el énfasis no está puesto en la competitividad cambiaria sino en la competitividad basada en aumentos de la productividad. Replicar esto en la situación argentina lleva a darle menos importancia a la cotización del dólar y más énfasis a la importancia estratégica que tiene la firma y la instrumentación de las reformas que integran la agenda del Pacto de Mayo».
El «pecado original»
«El plan Caputo fusionó las dos etapas de todo programa de estabilización. Primero, el reordenamiento de las variables, donde se acomodan las tarifas, el tipo de cambio, los precios relativos. Y una segunda fase en la que se lanza el plan de estabilización de las variables nominales. En ese momento se fija el tipo de cambio o la cantidad de dinero, y la economía se adapta a un nuevo régimen inflacionario. El plan Caputo es un híbrido, porque fusiona esas dos etapas. Esto lo hace muy recesivo al programa; y es su pecado original».
El economista y diputado nacional Luciano Laspina expuso en una entrevista para La Nación que «podemos entrar en una depresión» si se mantiene el esquema de recesión con atraso cambiario, sin un plan de salida. «La pobreza, que venía en alza, aumentó más con la devaluación. Y el desempleo no sube más, básicamente, porque los salarios reales se pulverizaron. Podría haber problemas de desempleo si la economía no se recupera. Hay que salir del esquema de transición y el Gobierno debe hacerlo relativamente rápido. Hasta que no pasemos a esa segunda fase, la recuperación va a ser muy difícil», sostuvo el legislador, quien se había llamado a silencio desde que Patricia Bullrich lo relegó de su equipo económico para impulsar a Carlos Melconian.
El legislador estimó que moratoria y blanqueo pueden compensar la baja de la recaudación por efecto de la recesión este año. «El desafío fiscal del Gobierno, después de haber hecho un gran esfuerzo por el lado del gasto, es consolidar la recuperación. Y tener una recuperación es algo muy probable porque las reformas están bien orientadas y el ancla fiscal es correcta, pero depende de que el Gobierno ponga sobre la mesa la salida del cepo y el nuevo régimen monetario en la economía», aseveró.
Utilidades al exterior
El Ministerio de Economía, mediante decreto 385/2024, autorizó giros de utilidades al exterior y repatriación de inversiones generadas por no residentes en el país desde el 1° de septiembre de 2019, mediante la adquisición de dólares -y otras divisas- oficiales con una alícuota de 17,5% por el denominado Impuesto PAIS. La norma aplica el mismo impuesto a la suscripción en pesos de «Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre» (BOPREAL) que emite el BCRA, cuando se utilicen con igual destino.
El decreto publicado este lunes en el Boletín Oficial lleva las firmas del presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse y el ministro de Economía, Luis Caputo. «Resulta necesario -fundamenta el texto legal- continuar profundizando los incentivos a la inversión nacional que estimulen la producción y la realización de actividades económicas en el país, garantizando un sendero fiscal sostenible».