Se sabe que la obra de entubado de calle Tucumán está generando muchas molestias a los vecinos. No es algo novedoso porque siempre se supo que esto iba a ocurrir, dada la complejidad de la obra, que tiene enormes dimensiones -se construye una estructura debajo de la calzada que tiene entre 2 y 3 metros de ancho (según el sector) y cerca de 2 metros de altura, a lo largo de mil metros de extensión- y atraviesa un sector dónde pasan caños de agua potable, de cloacas, de gas natural, e incluso tendidos eléctricos y de fibra óptica.
Todas esas cañerías tienen que ser removidas y colocadas debajo de la sección del entubado. Si quedaran dentro del entubado, las corrientes de agua que se generan en momentos de grandes lluvias, más los materiales que se arrastran ingresando por las bocas de tormenta, podrían provocar obstaculizaciones y, en el peor de los casos, destruir las tuberías, tornando muy costosa y difícil su reparación posterior.
En el caso del gas natural, las complicaciones son mayores aún porque las máquinas y el personal que excava debe ser muy cuidadoso para no romper ninguna cañería. Por eso una de las primeras preocupaciones de los ingenieros y especialistas tanto del Estado local, que elaboró el proyecto ejecutivo; como de la provincia, que financia la obra y convocó a la licitación; y de la empresa constructora Menara, que ejecuta los trabajos, fue contar con los planos de todo el tendido de servicios en la zona, que quedaron incorporados en el expediente.
Desde noviembre
Conocidas las necesidades de remover las cañerías, se notificó a los responsables de cada servicio. Pero surgieron sorpresas. Por ejemplo, a Litoral Gas se la viene intimando desde el mes de noviembre para que remueva una cañería ubicada a la altura de Tucumán al 900, que atraviesa la calle de lado a lado.
Pese a los reiterados intentos, la empresa concesionaria del servicio aún no hizo la remoción correspondiente. Consecuencia: mientras se avanza con el hormigonado de la estructura de hierro que forma el cuerpo principal del entubado y con el tendido del «techo» del entubado, que no es otra cosa que la calzada de circulación de calle Tucumán, quedó una sección abierta porque allí no se puede trabajar hasta que Litoral Gas haga la remoción correspondiente.
La demora generó mucho malestar en el municipio, dado que los vecinos que viven entre Chile y Brasil, sobre Tucumán, tienen la calle cerrada al tránsito desde diciembre -por otros problemas surgidos que ya fueron solucionados, como el hecho de que la estructura del viejo desagüe que tuvo que ser removida iba por debajo de las veredas y provocó desmoronamientos- y hoy, mientras ya hay un tramo de la cuadra (el más cercano a Brasil) que está terminado y abierto, sigue cerrado el paso desde Chile porque no se puede terminar de cubrir completamente el entubado.
Fue el propio intendente Castellano quien explicó la naturaleza del problema, observable a simple vista, en el marco de una recorrida que realizó en la jornada de este miércoles por la zona de obras, que está avanzando, parece que ahora al ritmo deseado, en dos frentes, el más retrasado de los cuales es precisamente el que está más cercano a avenida Brasil.