Durante una reunión de la Comisión Pyme en la Cámara de Diputados de la Nación, el tesorero de la Federación Industrial de Santa Fe (FISFE), Mariano Ferrazzini, expuso sobre los desafíos que enfrenta la industria ante un posible escenario de apertura económica sin planificación.
Según planteó, la implementación de un esquema de liberalización comercial sin un enfoque integral podría afectar de forma estructural al sector industrial argentino. Si bien consideró relevante alcanzar el equilibrio fiscal y externo, advirtió que hacerlo en detrimento de las capacidades productivas del país podría generar consecuencias negativas para el desarrollo económico.
También hizo referencia al incremento de las importaciones, que en febrero crecieron un 55,4% interanual en cantidades, con una fuerte participación de bienes de consumo y de capital. Este aumento, señaló, no se condice con una recuperación sostenida de la actividad económica interna.
Además, contrastó el escenario local con las tendencias globales, donde distintas potencias están impulsando políticas orientadas a proteger el empleo y fortalecer su industria. En ese sentido, remarcó que mientras otros países aumentan barreras comerciales, Argentina avanza hacia una apertura desregulada.
Ferrazzini identificó tres factores que limitan la competitividad del entramado productivo. En primer lugar, destacó la elevada carga tributaria, que ubica al país entre los de mayor presión impositiva en la región, especialmente sobre el sector formal.
Luego, se refirió a los costos laborales no salariales, señalando que, pese a que la industria formal paga salarios por encima del promedio, debe enfrentar altos niveles de litigiosidad e inseguridad jurídica. A modo de ejemplo, mencionó que en Santa Fe los juicios laborales crecieron un 29% interanual, a pesar de la mejora en los índices de siniestralidad.
Por último, subrayó las dificultades para acceder al financiamiento productivo. El crédito bancario representa apenas el 6% del PBI, lejos de los promedios regionales, lo que limita las posibilidades de inversión y expansión industrial.
En ese contexto, planteó la necesidad de que cualquier proceso de apertura contemple condiciones reales de competencia, ya que, de lo contrario, se ponen en riesgo puestos de trabajo y sectores estratégicos para el desarrollo económico. También mencionó que, en la provincia de Santa Fe, el 50% de los sectores industriales aún no han logrado recuperar los niveles de producción previos a enero de 2024.