El interno de la Alcaidía rafaelina que protagonizó un incidente en el centro de detención de la Jefatura, prendiendo fuego dos colchones y sufriendo graves quemaduras, falleció en la tarde del miércoles en el Hospital Cullen, donde se encontraba internado.
El hombre, de 29 años, había sido detenido en la tarde del mismo martes, por violar una restricción de acercamiento a su expareja. Según la policía, el hombre fue detenido cuando estaba «reteniendo» por la fuerza a la mujer.
Sin embargo, surgieron otras informaciones que resultan muy preocupantes, además de la noticia del fallecimiento, de por sí muy lamentable. Sucede que el hombre, identificado como Gabriel Moreyra, era sordomudo. Por lo tanto, una de las preguntas que surgen es si realmente la Alcaidía es el lugar indicado para alojar a personas discapacitadas, más cuando las mismas vienen de protagonizar un hecho tenso como el que motivó su detención.
Paralelamente, se supo que la Agencia de Control Policial, actuando con órdenes de la fiscal Gabriela Lema, realizó procedimientos en la Alcaidía, en relación con la investigación de denuncias realizadas en torno al funcionamiento de la Alcaidía. Si bien hay un absoluto hermetismo en torno a estos episodios, trascendió que en estos procedimientos hubo secuestro de teléfonos móviles de personal policial.