«Es importante conocer los resultados toxicológicos (porque) estamos frente a una intoxicación masiva», dijo la médica toxicóloga Mónica Nápoli, integrante de «Hablemos de doping y adicciones», un grupo de profesionales dedicados a la prevención, testeo y asistencia de consumo problemático de sustancias en escuelas, empresas y el deporte, y del Comité científico del Sedronar.
Nápoli sostuvo que «los bioquímicos están estudiando los productos decomisados para saber qué hay además de la cocaína dentro del polvo blanco que han comprado los consumidores».
Respecto a la posibilidad de que la cocaína se haya reducido con veneno para ratas, la especialista resaltó que «los raticidas son productos que no tienen un efecto fulminante inmediato» como sucedió en estos casos.
«Puede ser cianuro o un producto derivado del opio» por cuanto «muchas veces se busca la asociación psicoactiva de varios productos para producir una experiencia diferente», consideró.
«Puede haber varias sustancias de la familia de los opioides, pero es importante saber cuáles para poder atender a los internados»Mónica Nápoli, médica toxicóloga
En ese marco, Nápoli pidió celeridad en la realización de esos estudios para «poder asistir más rápidamente a quienes concurren a las guardias» debido a que «en el caso de que fuera fentanilo (opioide sintético similar a la morfina pero entre 50 y 100 veces más potente), tenemos como antídoto la naloxona”, utilizada como tratamiento para la intoxicación aguda por opiáceos.
Luego aclaró que si fuera fentanilo es raro que se use para «estirar la cocaína» porque «es una sustancia costosa», con ese propósito se utilizan «cosas más baratas».
«Puede haber varias sustancias de la familia de los opioides, pero es importante saber cuáles para poder atender a los internados», agregó.
Por otra parte, en declaraciones a radio Provincia de Buenos Aires, Nápoli precisó que «el que elabora estos productos no es un bioquímico o un químico, sino alguien que lee una receta”, y subrayó que “puede haber confundido un polvo con otro o haber confundido las dosis, es decir, puede haber sido un error involuntario o alguien que pone algo para perjudicar a los consumidores, pero es algo impensable porque, generalmente, el que conoce sobre narcotráfico sabe que no quieren que dejen de comprar«.
Finalmente, consideró «imposible que los consumidores puedan percibir las adulteraciones salvo que sean muy burdas porque generalmente no alteran ni el sabor, ni el olor, ni el color del producto».
Por su parte, el jefe de Toxicología del Hospital Fernández, Carlos Damin, afirmó que reciben «entre 300 y 400 intoxicados de cocaína por año» en ese centro sanitario porteño, y consideró que posiblemente la sustancia que se utilizó para adulterar la cocaína es un «derivado de opioides».
«Cuando vimos la sintomatología de los pacientes, desde el servicio nos comunicamos con la gente de los hospitales que tenían internados y juntos pudimos deducir que era posible que fuera un derivado de un opioide», dijo este jueves Damin.
«Desde la medicina uno confirma que esto es un opioide, pero después los químicos tendrán que determinar exactamente cuál era la sustancia involucrada»Carlos Damin, jefe de Toxicología del Hospital Fernández
El especialista observó que se incrementó «el consumo de sustancias (estupefacientes) a lo largo de la pandemia», pero en cuanto a la cocaína aclaró que «no estamos recibiendo más pacientes que los que recibimos frecuentemente».
Al evaluar la situación registrada el miércoles en varios distritos bonaerenses, que llevó a declarar el alerta epidemiológica, Damin explicó que la sintomatología de los opioides produce «un cuadro muy característico que es depresión respiratoria, depresión progresiva del sensor, es decir la gente empieza con sueño y termina en coma».
«Esto es lo que estaba pasando con estos pacientes, y por eso lo tomamos como hipótesis», aseguró el toxicólogo quien agregó que por dicha razón «se lo trató con un antídoto de esta sustancia y dio resultado».
«Desde la medicina uno confirma que esto es un opioide, pero después los químicos tendrán que determinar exactamente cuál era la sustancia involucrada», señaló.
«Es imposible que los consumidores puedan percibir las adulteraciones salvo que sean muy burdas porque generalmente no alteran ni el sabor, ni el olor, ni el color del producto»Mónica Nápoli, médica toxicóloga
El jefe de Toxicología del Hospital Fernández indicó que «definitivamente la cocaína en nuestro país tiene muy poca pureza, raramente supera el 30 o 40%», pero se mostró sorprendido sobre la posibilidad de que se haya utilizado un opioide para reducirla, y así abaratar su costo, porque es «mucho más caro que la cocaína. No parece algo casual, sino dirigido», consideró.
En tanto, el doctor Aldo Saracco, presidente de la Asociación Toxicológica Argentina, expresó en declaraciones a Radio Continental que «es un error hablar de cocaína envenenada» porque no se puede hablar de «veneno envenenado».
En este sentido, dijo que «todas las drogas tienen un efecto dañino sobre la salud, por eso son prohibidas» y que «la cocaína, el tabaco y los opiáceos» se encuentran entre «las sustancias que rápidamente generan adicción».
«La cocaína es un estimulante”, sostuvo, y agregó que “más allá de los efectos buscados a nivel del sistema nervioso central, actúa sobre todo a nivel cardiovascular produciendo arritmias e hipertensión, por lo que genera un riesgo de infarto o accidentes cerebro vascular a muy corta edad».
Sin embargo, aclaró que «la cocaína produce efectos deletéreos sobre la salud de las personas que las consumen, pero no con estas características».
Sobre los opiáceos, la sustancia que desde la Asociación Toxicológica Argentina consideran que pudo haber cortado la cocaína, dijo que «por el efecto que tienen -depresor del sistema nervioso central- pueden producir en muy bajas dosis un efecto que puede llevar a la muerte».
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Silvia Cabrerizo, médica de la Unidad de Toxicología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, afirmó el miércoles, en diálogo con Télam, que «los síntomas previos a la muerte sirven para identificar con qué estaba cortada la cocaína».
Sobre los síntomas, explicó que «si tuvieron rigidez, depresión respiratoria, hipotermia o baja frecuencia cardíaca, ayuda a determinar con qué se mezcló la droga”.
«En este caso estaba cortada con alguna dosis que alcanzó la medida de la letalidad; la cocaína siempre está cortada para que rinda más”, indicó y señaló que si “la cortaron, por ejemplo, con algún opiáceo o estricnina, a baja dosis, puede haber provocado un paro cardíaco o respiratorio como causa de muerte».
El miércoles, el Ministerio de Salud bonaerense emitió un «alerta epidemiológica» ante la identificación de personas con «signos de shock, depresión del sensorio, dificultad respiratoria, excitación psicomotriz», con antecedentes de consumo reciente de «cocaína adulterada».