La huella de Emanuel David Ginóbili en el deporte argentino y mundial es comparable con la de pocos atletas. Su estilo de juego, la constancia y la seriedad para afrontar su carrera fueron algunos de los pilares que los sostuvieron en la élite.
Hace cinco años, el 25 de abril de 2018, le puso punto final a su vida como deportista profesional en su último partido como jugador de los San Antonio Spurs de la NBA.
El nacido en Bahía Blanca jugó aquel partido ante los Golden State Warriors en el Oracle Arena y frente a 19.596 espectadores. Se trató del quinto juego de la serie de primera ronda de playoffs de la Conferencia Oeste.
Los Warriors llegaban como claros favoritos, pero eso no impidió que los Spurs se llevaron uno de los puntos de la serie y que Manu realice las pinceladas finales.
Como punto anecdótico, Ginóbili aquel día anotó 10 unidades, con 2/3 en dobles, 1/4 en triples y 3/3 en libres, además de entregar 7 asistencias. En la serie promedió 9 puntos, 3.2 asistencias y 3 rebotes en 21.4 minutos de juego.
A pesar de llegar a la liga estadounidense con 25 años, logró sostenerse en la competición durante 16 años y logrando ser relevante para el equipo dirigido por Gregg Popovich.
Mermando en la relevancia dentro de la liga, intentó dejar una marca registrada en el juego, que le dio reconocimiento en el mundo más allá de las estadísticas.
Partiendo desde su eurostep, pasando por los clásicos pases de caño y llegando a la intensidad latina que lo caracterizó, logró construir un estereotipo de jugador argentino que hasta el día de hoy se sostiene.
Con una vara más que alta, no aparece en el futuro cercano alguien capaz de igualar su hazaña en la mayor liga del mundo.
