El Papa Francisco descansó «toda la noche» en el Policlínico Gemelli, donde está internado desde el 14 de febrero, aunque su salud sigue siendo «compleja» y su pronóstico «reservado».
Según la Oficina del Vaticano, «El Papa durmió sin interrupciones durante la noche y continúa con su reposo». Esto se informó tras el boletín médico de la noche del lunes, en el que se mencionó que el Sumo Pontífice había experimentado «dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda».
Ambos episodios fueron provocados por una «importante acumulación de moco endobronquial y un posterior broncoespasmo», lo que llevó a que se realizara una aspiración en ambos casos. La acumulación de moco fue atribuida a una neumonía.
También se aclaró que «las crisis ocurrieron debido a la reacción de los bronquios, que intentan expulsar el moco para eliminar las bacterias». Además, desde la Oficina del Vaticano indicaron que no hubo cambios en los resultados de los análisis de sangre, los cuales no mostraron signos de leucocitosis, por lo que no se detectó una nueva infección. Se reanudó la ventilación mecánica no invasiva, pero el pronóstico sigue siendo incierto, y el estado del Papa sigue siendo complejo. Francisco se mantiene siempre vigilante.
Mientras tanto, en la Plaza de San Pedro, por octava noche consecutiva, se llevó a cabo el rezo del Rosario por la salud del Papa. El cardenal Robert Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos, inició la oración invitando a los presentes a «detenerse en oración con María, Madre de la Iglesia, por la salud del Santo Padre Francisco».
En esta octava cita consecutiva de oración organizada por el Vicariato de la Ciudad del Vaticano, el cardenal destacó que la Virgen, «Madre de la Santa Esperanza», asiste, restaura y consuela a quienes recurren a su auxilio, deseando que su intercesión sea «un signo de consuelo y esperanza segura».
El cardenal Prevost realizó la oración en presencia de cardenales, prelados, sacerdotes, religiosos de la Curia romana, la diócesis de Roma, y cientos de fieles que se reúnen desde el 24 de febrero para encomendar la recuperación del Papa a la Virgen.
Al finalizar la meditación, el cardenal Prevost invocó a Dios diciendo: «Para ayudarnos en nuestra debilidad, a fin de que, perseverando en la fe, crezcamos en el amor y caminemos juntos hacia la meta de la bienaventurada esperanza».
La asamblea concluyó con el «Oremus pro Pontífice nostro» y fue despedida por el cardenal con una bendición
