El Gobierno nacional ultima detalles de una nueva medida destinada a incentivar la circulación de dólares dentro del sistema económico formal. Así lo anticipó el ministro de Economía, Luis Caputo, quien aseguró que el anuncio se realizará en las próximas semanas y que formará parte del plan oficial de remonetización de la economía argentina.
El objetivo es claro: poner en movimiento los dólares que hoy están fuera del sistema, en manos de particulares o empresas, para fortalecer la actividad económica y evitar una caída del consumo en un contexto de política monetaria contractiva.
¿Cuántos dólares hay “bajo el colchón”?
Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), los argentinos mantienen más de USD 200.000 millones fuera del circuito financiero, en forma de moneda en efectivo o depósitos en el exterior. “Me dijeron, no sé si es verdad, que hay más de 200.000 millones de dólares bajo el colchón y Dios sabe dónde. Si ese dinero se invierte en Argentina, imaginen lo que sería ese país”, expresó Kristalina Georgieva, titular del organismo multilateral.
El Indec, por su parte, calcula que los activos externos ascienden a USD 428.000 millones, de los cuales USD 240.000 millones corresponden a moneda y depósitos fuera del sistema bancario nacional.
Competencia de monedas y sistema bimonetario
Luis Caputo explicó que el Gobierno no busca imponer una moneda, sino fomentar una «competencia de monedas» que permita dinamizar la economía. En este marco, tanto pesos como dólares serían bienvenidos para acelerar las transacciones, reforzar las reservas y eventualmente atender vencimientos de deuda si fuera necesario.
Una de las alternativas que se analiza es permitir que plataformas como Mercado Pago y otras fintech habiliten cuentas en dólares, aunque desde el Banco Central reconocen que la medida todavía enfrenta desafíos técnicos y regulatorios.
Blanqueo y pagos en dólares
Durante una ventana de tres meses, entre agosto y octubre de 2024, se declararon activos por más de USD 20.000 millones en el marco de un blanqueo fiscal. Esa regularización permitió un aumento en los depósitos bancarios en dólares y amplió la capacidad de crédito.
También se avanzó en la reglamentación de pagos con tarjeta de débito en dólares, aunque su aplicación práctica todavía es limitada.
Según el Banco Central, en marzo se realizaron 1,7 millones de operaciones en moneda extranjera por un total de USD 2.579 millones, lo que representa solo el 0,3% del total de pagos. A pesar del crecimiento del 90% en las transacciones en dólares respecto al mes anterior, su peso aún es marginal en el sistema.
En línea con el FMI
Las medidas se alinean con los compromisos asumidos por el Gobierno argentino ante el FMI. El organismo considera clave permitir una mayor convivencia entre monedas y avanzar hacia un tipo de cambio más flexible, como ocurrió en países como Perú o Uruguay.
El FMI también subrayó que el bajo nivel de endeudamiento del sector corporativo argentino y la existencia de balances sólidos podrían facilitar una futura repatriación de capitales y una mayor inversión productiva si se generan las condiciones adecuadas.
Una economía con más «combustible»
Desde el Ministerio de Economía remarcan que la estrategia apunta a evitar que la política monetaria contractiva detenga la reactivación económica. Para ello, se busca que el sistema financiero cuente con el “combustible” necesario —sea en pesos o en dólares— para acompañar el crecimiento.
En paralelo, el Banco Central trabaja en reforzar la infraestructura financiera que permita procesar con mayor fluidez las operaciones en moneda extranjera. Según fuentes oficiales, la parte transaccional ya fue desarrollada, pero aún resta construir la “autopista” para que los dólares puedan circular con mayor agilidad en el sistema.
Expectativa por los anuncios
Aunque todavía no se dieron detalles concretos sobre la nueva política que anunciará el Gobierno, desde el Palacio de Hacienda aseguran que se tratará de una medida “sorprendente”, con impacto directo en la economía cotidiana. La mirada está puesta en generar confianza, formalizar recursos y ampliar las opciones de pago, en un país donde el dólar sigue siendo el principal refugio de valor.