La presentación del Turismo de Carretera en Rafaela dejó un balance positivo desde todo punto de vista, y también interrogantes para el futuro inmediato. Los números fueron muy buenos, salvo en un punto: Atlético de Rafaela, que puso el escenario del autódromo y su infraestrsuctura enorme, no pudo ganar ni un peso y se tuvo que conformar con su expectativa de «no perder» y resguardar la continuidad de la fecha del circuito local en el calendario de la categoría, algo que muchos autódromos del país quieren tener y no todos consiguen.
En una conferencia de prensa que presidió el intendente Leonardo Viotti y que compartieron representantes de Atlético y de otras instituciones, se trazó una línea sobre lo que dejó la presentación de la categoría más taquillera del país en Rafaela. Viotti estuvo acompañado por sus secretarios de Seguridad y Prevención, Juan Martínez Saliba; y de Desarrollo Económico, Innovación y Empleo, Patricia Imoberdorf. También participaron el subsecretario de Deportes, Hugo Morel; el presidente de la Subcomisión de Automovilismo de Atlético, Gustavo Belinde; y el titular de la Cámara de Propietarios de Hoteles, Restaurantes, Bares y Afines de Rafaela (CAPHREBAR), Jorge Binaghi.
Algunos datos que se conocieron fue que Atlético estimó la concurrencia en el autódromo entre 30 mil y 35 mil personas, prácticamente igual que la que hubo en la primera carrera del 2023, y más de los que se acercaron al autódromo en la segunda competencia del año pasado, que fue a fines de octubre. Las 1049 camas hoteleras de que dispone la ciudad estuvieron completamente ocupadas entre jueves y domingo, y también se ocuparon plazas en San Vicente, Esperanza, Nuevo Torino, Sunchales, Santa Fe e incluso en Ramona, que también dispone de un hotel. Se estima que también las 500 plazas informales que tiene la ciudad (con alojamientos temporarios en departamentos y casas quintas) fueron ocupadas en su totalidad.
Según Jorge Binaghi, la estimación es que hubo unos 15 mil visitantes que llegaron a Rafaela, contando no solamente espectadores, sino también equipos, auspiciantes, logística y todo el «circo» que mueve la categoría en cada presentación.
El dato más elocuente que reveló Binaghi es que se estima que en promedio los visitantes gastaron, durante todo el fin de semana, unos 150 mil pesos cada uno, contando todo tipo de consumos, desde el combustible de los vehículos hasta la comida de todos los días, pasando por los alojamientos, compras de distintos insumos y gastos generales.
El intendente Viotti calculó que globalmente quedaron en la ciudad más de 2 mil millones de pesos en la «semana del TC», lo que fue destacado en especial por el titular del Ejecutivo municipal, dado que también el Estado local hizo su esfuerzo -lo mismo que la provincia- para acompañar a Atlético en muchas facetas de la organización: desde la cobertura de seguridad dentro y fuera del predio; como en el aporte de maquinarias para los trabajos en el circuito: barreaspiradoras, motoniveladoras, desmalezadoras, etc.
¿Vuelven en el 2025?
Está prácticamente descartado que pueda haber una segunda carrera este año, aunque Gustavo Belinde dijo que el circuito «siempre está a disposición de la categoría». Viotti planteó un dato real: en una ecuación de «todos ganan» (el Estado por el movimiento económico, los empresarios hoteleros y gastronómicos, la ciudad en general por la visibilidad que le aporta el evento, etc.), el que se quedó con la manos vacías es justamente Atlético, que es la institución que pone su gran capital -el predio del autódromo- para un espectáculo en que termina realizando un enorme esfuerzo propio sin réditos importantes.
Luego de trazar la raya, a Atlético sólo le quedó conformarse con no perder. «Es el gran desafío que tenemos por delante, hacer que Atlético gane dinero y pueda mantener ese enorme predio», dijo el intendente. Y así debe ser.
Sin embargo, hay sombras y nubarrones en el futuro próximo. La ACTC habría advertido que podría «desafectar» al autódromo local si no se hacen obras inmediatas. Ya para un próximo evento habría que hacer una calle interna de acceso a boxes desde el curvón Norte, por el lado de adentro del paredón. Son unos 400 metros y sólo el pavimento cuesta 300 millones de pesos. Además, habría que construir una nueva sala técnica entre la torre de control y el túnel; ampliar y nivelar el playón de boxes. Y el pedido «de luxe» de la ACTC: que las chicanas dejen de tener vías de escape de tierra arada y ésta sea reemplazada por camas de leca. El metro cuadrado de leca cuesta diez mil dólares y es totalmente prohibitivo: se buscarían alternativas, como camas de canto rodado.
Viotti advirtió que en el actual escenario económico «ni la provincia ni el municipio» están en condiciones de tales inversiones. Y que se buscarán otras alternativas, todavía en estudio.