El caso en el que se investiga el multimillonario default del denominado Grupo Spaggiari sigue generando episodios que van engrosando la crónica judicial, y ahora también policial. A la verdadera lluvia de denuncias que se está registrando en la sede del Ministerio Público de la Acusación por parte de personas que celebraban contratos de mutuo dinerario con el grupo que lideraban los hermanos Fernando y Matías Spaggiari -ambos con prisión preventiva- y no pudieron recuperar el capital invertido -por sumas totales que involucran varios millones de dólares-, se suman también acciones en la justicia civil y comercial, donde hay reclamos y embargos trabados por quienes resultaron perjudicados.
Sin embargo, este jueves se sumó un episodio de corte policial, cuando un grupo de personas intentó ingresar a una vivienda ubicada en calle 1° de Mayo a la altura del 500 aproximadamente.
Dada las características que tuvo el episodio conviene resaltar en primer lugar lo que es absolutamente seguro, dado que las fuentes oficiales consultadas se negaron a proporcionar cualquier información. En el lugar hay por lo menos un inmueble, deshabitado, que pertenece al grupo inmobiliario investigado. La persona que intentó ingresar, con ayuda de algunos colaboradores, es uno de los damnificados: es un profesional que está entre los acreedores más grandes del grupo investigado.
Hasta allí lo que se sabe. Tratándose de un caso absolutamente «vidrioso», en donde hay decenas de abogados -muchos querellantes, pero también muchos de ellos que son víctimas en los expedientes judiciales abiertos en sede penal- implicados, se entiende la prudencia con que se manejan las informaciones de fuentes oficiales, aunque no se comparta el criterio aplicado.
Lo que trascendió extraoficialmente, de una fuente absolutamente segura, es que cuando se estaba realizando la intrusión en el domicilio hubo un llamado a la policía y varios efectivos se acercaron hasta el lugar. Del episodio quedó constancia en sede de la Comisaría 1°, pero hasta última hora de este jueves no se conocía oficialmente si el incidente también derivó en una investigación del MPA para verificar si existió o no delito. La simple pregunta sobre si existía o no en el MPA un expediente abierto por el incidente encontró un «sin comentarios» como respuesta.
Cuando se menciona lo «vidrioso» de la cuestión es que nada puede darse por seguro. Los damnificados tienen que presentar documentación que certifique la deuda existente y los compromisos incumplidos. No todos lo han hecho y no todos los contratos fueron iguales, ni los acuerdos se celebraron con las mismas garantías, sobre todo cuando involucraban montos más importantes de dinero, y con contrapartes (acreedores) que tienen formación profesional y experiencia en litigios como para no ser engañados con papeles sin valor.
Lo cierto es que la «bola de nieve» en que se ha transformado la causa Spaggiari sigue rodando y creciendo. Y nadie sabe si la avalancha no terminará llevándose por delante a alguna víctima que pierda algo más que dinero y salud, como ya está pasando.