FOTOS: GUSTAVO CONTI
El partido había sido una monotonía absoluta, donde el mayor espectáculo estaba en las tribunas. Y Atlético, el visitante, se había mostrado más ambicioso, con las mejores llegadas, sobre todo en el segundo tiempo. Un cabezazo de Bravo en la parte inicial bien conjurado por el arquero local, un remate de media distancia que Gómez desvió como pudo, un remate de Portillo desde el punto del penal que se fue apenas alto. Sí, parecía que el ‘9’, todo voluntad y todo sacrificio, tenía que rogar por los penales.
Pero no. El ‘9’ tenía una bala en el cargador y durante toda la tarde la había guardado para el instante final. Cuando ya todos se preparaban para la definición desde los doce pasos, porque se jugaba el último minuto de tiempo adicionado al reglamentario, llegó el gran estallido de la tarde: una habilitación muy precisa desde el ciculo central dejó a Maximiliano Ibáñez mano a mano con Fleita, el «Mariachi» enganchó hacia adentro y sacó un zurdazo desde la media luna, que se clavó en el segundo palo de Nahuel Pezzini. Fue un golazo soberbio que hizo estallar en un rugido a las 3 mil almas vestidas de rojo y blanco que colmaban la tribuna local del Estadio Germán Soltermam, al mismo tiempo que enmudeció a otros tantos de celeste y blanco que estaban en la tribuna de enfrente.
Fue gol y pitazo final. Fue también una conmoción en el barrio 9 de Julio, que durante todo el día estuvo sacudido por la previa del partido, el primer superclásico rafaelino en 30 años en el que el «9» y Atlético se veían las caras por una instancia importante, más allá de la Liga Rafaelina. La última vez había sido en Alberdi, con triunfo de la Crema por uno a cero, con gol de Horacio Puchetta, por una instancia en donde los albicelestes se jugaron nada menos que la permanencia en la B Nacional ante su clásico rival rafaelino. Ahora, los cuadros con la foto del Mariachi Ibáñez celebrando el triunfo juliense en la última bola del partido irán pasando de mano en mano para convertir al delantero chaqueño en un ídolo inolvidable de los hinchas del «León».
Con el triunfo, 9 de Julio accedió por primera vez a la final de la Copa Santa Fe, que disputará ante Argentino de Rosario. Además, el club ganó 1.5 millón de pesos, la suma asignada al triunfador de la semifinal. Pero más que eso, se ganó el derecho a las cargadas al tradicional rival y una alegría incomparable para sus hinchas.