De esta manera en la última semana, la mayor unidad generadora de energía eléctrica del país alcanzó una «Potencia Máxima Instantánea» por encima de los 3.000 MW gracias a la puesta en servicio de las 20 unidades generadoras que posee y al aumento en el caudal en el río Paraná, según se desprende de las estadísticas de actividad que publica regularmente la entidad.
De esta manera, la Central Hidroeléctrica puso a disposición de la demanda de los sistemas eléctricos de Argentina y Paraguay la totalidad de su potencia instalada, en momentos de alta demanda estacional.
La rápida repercusión de las lluvias en la cuenca afluente de la represa binacional se refleja casi de inmediato en la capacidad de generación, lo que explica que de los 31.831 Mhw de energía diaria que entregaba Yacyretá a Cammesa al 29 de mayo pasado, saltó a más del doble en dos días con 64.448 Mwh, el 1 de junio.
La histórica situación hidrológica de los últimos dos años complicó el abastecimiento de agua potable de algunas poblaciones, además de reducir la navegabilidad de los ríos, las operaciones portuarias y a distintas actividades productivas.
En el caso de la energía eléctrica tuvo particular afectación en las mayores represas hidroeléctricas, que vieron reducir al 50% la capacidad de generación, como sucedió en Yacyretá, sobre el río Paraná; en Salto Grande, sobre el río Uruguay; y en Chocón, en la Patagonia, con el río Limay.
Así cuando baja la hidraulicidad por el escaso aporte de lluvias afecta la hidroeléctrica, sube la generación térmica que puede quemar gas natural o combustibles líquidos como gasoil o fueloil, y también ganan participación las fuentes eólica y solar, por lo que un mayor aporte de las represas, reduce esa presión.
«El crecimiento o decrecimiento de generación se justifica principalmente por el aumento o disminución de la oferta hídrica, por ser una central de pasada, que no tiene capacidad de administrar el recurso», explicaron fuentes del sector al analizar el caso de Yacyretá.
Este desempeño de la mayor represa hidroeléctrica del país, se logra luego de un período de bajante histórica del Río Paraná a partir de un segundo semestre de 2019 caracterizado por precipitaciones inferiores a lo normal en la cuenca de aporte a Yacyretá, tendencia que se acentuó en el 2020, resultando ser el quinto año más seco desde 1961. El déficit de lluvia osciló mayormente entre el 20% y 60% respecto de los valores considerados como normales.
En el año 2021, se presentaron lluvias inferiores a lo normal en la mayor parte del centro-oeste y sur de Patagonia, las provincias del norte, región del Litoral, norte y sur de Buenos Aires y parte del NOA. Las provincias de Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones, como otros sectores del país fueron afectados por la sequía, situación que marcó que año 2021 fuera el decimotercer año más seco desde 1961.
En ese contexto, las recientes lluvias dieron un significativo mejoramiento a la situación hidrológica de Yacyretá: «La velocidad de cambio depende de la zona en la que se verifican las lluvias, pero en general son cambios rápidos, que se reflejan de la misma manera en la operación hidráulica del embalse, que así lo requiere para respetar consignas con límites establecidos. Eso también justifica la rápida variación de la oferta hacia el SADI«, explicaron desde la entidad binacional.
A lo anterior se le sumó una singularidad, en el sentido de que el plan de mantenimiento permitió disponer de una ventana temporal con las 20 unidades a plena potencia durante algunos días, en coincidencia con un período de alta demanda desde el SADI por las bajas temperaturas, aprovechando para tal fin el pulso hídrico originado por las lluvias que se verificaron mayormente en las cuencas de aporte más inmediatas al embalse.
La operación del sistema de embalses aguas arriba está enfocada en la atención a las necesidades de los sistemas eléctricos que atienden. Luego de la crítica situación de 2021, durante 2022 han ido reforzando reservas, lo que tendrá – como subproducto – una mejor oferta hídrica hacia aguas abajo.
Para los próximos meses, el seguimiento de los escenarios climáticos es importante, para definir rangos posibles de oferta hídrica, en combinación con el factor mencionado más arriba. Al respecto, se consideró que «las mayores probabilidades están en el sentido de que en este 2022 no se verifiquen situaciones críticas tan sostenidas y prolongadas como las de 2021″.
Las actividades de mantenimiento siguen una cadencia que depende del número de horas de operación de los equipos y las posibilidades técnicas y de recursos disponibles de poder atender un determinado número máximo de unidades. De allí surge el programa posible que combina dichos factores.
Por otro lado avanza el Plan de rehabilitación y modernización de los activos de generación, que continúa en aquellos segmentos cuyas provisiones programadas así lo permiten, para lo cual se espera un incremento de actividades a partir del último cuatrimestre del 2022, y gran actividad durante el año 2023.
Mirando aguas arriba, el sistema de embalses emplazados en la cuenca del río Paraná, en territorio brasileño, se encuentran con un almacenamiento ponderado actual en el orden del 72%, habiendo evolucionado positivamente desde inicio de 2022.
Los caudales afluentes a Yacyretá se incrementaron como consecuencia de las precipitaciones registradas a partir del 25 de mayo en la cuenca intermedia inmediata al embalse de Yacyretá y en la cuenca del río Iguazú, cuyos montos acumulados estuvieron en el orden de 160mm.
El caudal promedio para el mes de mayo 2022 fue de 9.200m 3 /s, considerando la serie 1901-2021, este valor de caudal se ubica en el vigesimoprimer lugar y representa el 74% del caudal promedio para el mismo mes (12.455m 3 /s).