N.de la R.: Los hechos relatados en esta crónica REPRODUCEN parcialmente el contenido de la imputación efectuada por la fiscal Gabriela Lema en la audiencia imputativa realizada en Tribunales.
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En la tarde/noche de este viernes se concretó en Rafaela una audiencia imputativa para once personas acusadas de integrar una asociación ilícita, en cuya jefatura se ubicaría Evelio Ramallo, alias «Yiyo», un individuo de extrema peligrosidad, actualmente detenido en el penal federal bonaerense de Marcos Paz y considerado, junto a Guille Cantero (jefe de la banda rosarina Los Monos) y otro reducido grupo de presidiarios, como un preso de «alto perfil».
Un enorme despliegue policial, que incluyó la movilización de efectivos de la Guardia de Infantería, de la división canes de la Regional V y de la Agencia de Investigación Criminal, además del corte preventivo de la circulación en varias manzanas a la redonda en torno al edificio de Tribunales, alertó a los vecinos de Rafaela que circulaban por el centro que algo de trascendencia estaba ocurriendo en el edificio de Tribunales.
Así fue. Ramallo, quien siguió la audiencia desde el penal bonaerense por vía zoom, fue representado -al igual que su hermana, su madre y otros integrantes del grupo que compareció ante la jueza de Investigación Penal Dra. Cristina Fortunato- por el abogado José Maggi, quien integraría el equipo de profesionales que lidera, en Buenos Aires, el ahora abogado Carlos Telleldín, un individuo que ganó celebridad por haber sido involucrado en el atentado a la AMIA, como presunto vendedor de la camioneta utilizada para llevar la carga explosiva. A cuatro integrantes del grupo los representó legalmente la Dra. Giorgina Allassia, del Servicio Público de Defensa Penal. En tanto, la acusación fue leída por la fiscal Gabriela Lema, a quien acompañaron los fiscales Nicolás Stegmayer y Fabiana Bertero, en representación del MPA.
En la extensa imputación leída por la Dra. Lema se abordaron 11 hechos muy graves ocurridos en la ciudad. En todos ellos se le adjudica a Yiyo Ramallo ser el instigador desde la cárcel, mientras que distintos miembros del grupo investigado -algunos de ellos presentes en la audiencia por estar detenidos y otros todavía sin identificar- participaron con distintos roles. Por ejemplo, a una hermana y a la propia madre de Ramallo, la fiscal les imputó los delitos de organizadoras de la asociación ilícita y coautoras de distintos delitos.
Concretamente, se les atribuyó a Evelio Horacio Ramallo, Natali Aldana R., Evangelina Juana F. (madre de Ramallo), Tamara Alejandra SL, Eunice Febe T., Mauricio Tomás S., Mauro Ezequiel D., Lucas Martín R., Iván Laureano A., Kevin C., Tomás Julián L., Yanel Rocío A., Ezequiel David L., Carina Soledad C., Agustina Anabel I., Florencia Silvana O., Ileana Morena R., Diego Benjamín A., Camila Soledad Y., Naiara Sofía C. y Alejandra Lorena María L., «haber tomado parte, en una asociación ilícita que tuvo como objeto la comisión de hechos violentos en el ámbito territorial de la ciudad de Rafaela de la provincia de Santa Fe, todo ello en forma habitual y continua, en el período temporal comprendido al menos, entre el 01/08/21 y hasta el día 27/02/22 (fecha de los allanamientos).».
Según la imputación, «para lograr el funcionamiento ordenado de todos sus recursos y perseguir sus objetivos criminales, el grupo de personas antes mencionado asumió, con plena representación de las características de la actividad que desarrollarían, distintos roles con variables niveles de responsabilidad, realizando cada uno los aportes y acciones, en forma grupal o individual, necesarios para que la asociación ilícita pueda mantenerse en el tiempo; con alternancias temporales en las que se verificó mayor o menor actividad, pero que no interrumpieron la permanencia de la asociación».
El cuadro de la banda
Evelio Horacio Ramallo, quien se encontraba alojado primero en la Unidad Penitenciaria N.º 11 – Piñero del Servicio Penitenciario de la provincia de Santa Fe y luego en la Unidad Penitenciaria N.º 7 -Prisión Regional del Norte- del Servicio Penitenciario Federal, ocupó el rol de jefe de la asociación, teniendo plena autoridad de decisión y acción, disponiendo en relación a la disposición de los bienes materiales de la asociación, determinando las víctimas de los hechos violentos conforme a los objetivos perseguidos por la asociación, estableciendo los medios y la metodología para llevar a cabo los hechos y llevando adelante una tarea de supervisión constante sobre el rol de sus subalternos;
Natali Aldana R., hermana de Evelio Horacio, ocupó el rol de organizadora, actuando como intermediaria entre los proveedores de recursos materiales para la organización y los estamentos inferiores, recibiendo dinero producto de la actividad de la asociación y adquiriendo bienes para su funcionamiento;
Evangelina Juana F., madre de Evelio Horacio Ramallo, ocupó el rol de organizadora, actuando como una de las administradoras del dinero producido por la asociación y como nexo directo con Evelio Horacio Ramallo y el resto de los miembros organizadores;
Eunice Febe T., pareja de Evelio Horacio Ramallo, ocupó el rol de organizadora, actuando como una de las administradoras del dinero producido por la asociación (tanto para adquirir armas para proveer a los estamentos inferiores, como para efectuar pagos, como así también para adquirir bienes con el producido de la asociación, ya sea a directamente o a través de interpósitas personas), determinando objetivos de los hechos violentos cometidos por otros de los miembros de la organización y obrando como nexo con Evelio Horacio Ramallo;
Tamara Alejandra SL:, alias “La Gringa Jara”, ocupó el rol de organizadora, teniendo a su cargo la logística de la asociación, al proporcionar alojamiento a los miembros que no son de la ciudad, proveyeer de los recursos materiales para cumplimentar con las tareas encomendadas -vehículos y armas de fuego- como así también, al recolectar las ganancias y abonar los gastos generados por la asociación;
Mauro Ezequiel D., ocupó el rol de miembro, realizando tareas de logística, al coordinar desde la Unidad Penitenciaria N.º 11 – Piñero del Servicio Penitenciario de la provincia de Santa Fe la captación de recursos humanos para la ejecución de hechos delictivos, como así también al aportar líneas telefónicas para uso de la asociación.
Lucas Martín R., ocupó el rol de miembro, realizando tareas de logística, al proveer de alojamiento y de recursos materiales -vehículos y armas- al resto de los miembros, como así también ejecutando hechos violentos en favor de la asociación;
Mauricio Tomás S., ocupó el rol de miembro, realizando tareas de logística, al proveer de alojamiento y de recursos materiales -vehículos y armas- al resto de los miembros, como así también ejecutando hechos violentos en favor de la asociación;
Kevin C., menor de edad, ocupó el rol de miembro, ejecutando hechos violentos en favor de la asociación;
Tomás Julián L., alias “Toma Jugo”, menor de edad, ocupó el rol de miembro, ejecutando hechos violentos en favor de la asociación;
Iván Laureano A., menor de edad, ocupó el rol de miembro, ejecutando hechos violentos en favor de la asociación;
Ezequiel David L. , ocupó el rol de miembro, señalando a las víctimas de los hechos violentos cometidos por la organización para que los ejecutores las puedan individualizar, como así también ejecutando hechos violentos en favor de la asociación;
Yanel Rocío A., ocupó el rol de miembro, señalando a las víctimas de los hechos violentos cometidos por la organización para que los ejecutores las puedan individualizar;
Carina Soledad C., ex pareja de Evelio Horacio Ramallo, ocupó el rol de miembro, resguardando objetos a la organización y obrando como nexo con Evelio Horacio Ramallo;
Agustina Anabel I., ocupó el rol de miembro, realizando tareas de logística, al proveer de recursos materiales -vehículos y armas- a los ejecutores, como así también ejecutando hechos violentos en favor de la asociación;
Florencia Silvana O., ex pareja de Evelio Horacio Ramallo, ocupó el rol de miembro, resguardando objetos a la organización y encontrándose autorizada a conducir vehículos de la organización;
Diego Benjamín A., ocupó el rol de miembro, resguardando objetos a la asociación, administrando el dinero y adquiriendo bienes de manera lícita disimulando el origen ilícito de los fondos utilizados a tal fin;
Camila Soledad Y., ocupó el rol de miembro, resguardando objetos a la asociación, administrando el dinero y adquiriendo bienes de manera lícita disimulando el origen ilícito de los fondos utilizados a tal fin;
Naiara Sofía C., menor de edad, ocupó el rol de miembro, actuando como entregadora de las víctimas de los hechos violentos ejecutados por la organización;
Alejandra Lorena María L., ocupó el rol de miembro, encargándose de resguardar objetos ilícitos -armas- y dinero a la organización;
Ileana Morena R., ocupó el rol de miembro, encargándose de resguardar objetos ilícitos -armas- a la organización y de realizar tareas de apoyo a los miembros de la asociación encargados de ejecutar los hechos violentos.
Los hechos
El primer hecho que se le adjudicó a Ramallo es haber ordenado la muerte de Andrea C., o de cualquier integrante de su familia. Con ese fin, en la noche del 1° de agosto de 2021 dos sujetos que no fueron identificados se acercaron en moto hasta un domicilio de calle Cerdán al 1.900 y dispararon contra un automóvil en el que se movilizaba Jonatan C., hermano de la víctima señalada. Los impactos no alcanzaron a herir al muchacho, pero sí dejaron señales en una campera y en el auto.
Dos días después, el 3 de agosto, tres sujetos llegaron hasta la casa de Rudy González, en calle Zaffetti al 1000, en el barrio Mora. Iban en una Eco Sport que estaba a nombre de una mujer -que estuvo entre los imputados de este viernes- del entorno de Ramallo. Los tres sujetos preguntaron por Rudy y cuándo este salió a atenderlos, lo ejecutaron con cinco disparos efectuados a corta distancia con una pistola calibre 9 mm.
El 23 de octubre llegó el turno de recibir el «mensaje» a Ezequiel Rolón, un exconvicto al que Yiyo (siempre según el relato de la fiscal Lema en la imputación de este viernes) ordenó matar. Los ejecutores habrian sido dos menores: Sergio S. y Laureano A., pero el Gula, apodo de la víctima, logró escapar porque la pistola Bersa que portaba uno de los atacantes se trabó en el momento de intentar el asesinato.
El doble crimen de barrio Italia
El 21 de diciembre, en cambio, los ejecutores no fallaron. Era una calurosa noche de verano y en la Heladería Grido de barrio Italia había gente comprando helados y otras familias camionaban por la plaza o las veredas de la zona. Cerca de las 22.30, Miguel «Mosquito» Mendoza y Marcelo Ariel Sánchez circulaban en un Fiat Spazio que manejaba el segundo. Iban por calle Destéfanis y frenaron al llegar a la intersección con Edison. En ese momento se les acercaron en moto dos sujetos aún no identificados. Le dispararon a quemarropa a ambos. «Mosquito» quedó muerto en el auto y Sánchez fue trasladado de urgencia al Hospital, donde murió a poco de llegar. El espanto de un doble crimen a la vista de todos y ejecutado con salvaje sangre fría conmocionó a la ciudad. Para el MPA, el doble crimen también llevó la firma de Yiyo Ramallo.
La descripción de las acusaciones continuó. El 3 de febrero uno de los individuos sentados en el banquillo, Ezequiel L., pronto a cumplir 24 años, se acercó en rol de amigo a una familia que vive en calle Domingo Matheu, en el barrio Amancay. Para la fiscal Lema, Ezequiel tenía otra misión: señalar con precisión una vivienda y un blanco. Allí vivía un hombre al que Ramallo quería ver muerto. López se fue de la casa, pero cerca de la una de la mañana llegaron otros individuos, entre ellos Kevin C., menor de edad de frondoso prontuario. Hubo un episodio con un muchacho de nombre Federico, pero luego resultó baleado el hombre al que Yiyo habría ordenado matar: en el forcejeo, Kevin le disparó a quemarropa y llegó a apuntarle a la cabeza, pero un oportuno movimiento de la víctima salvó su vida. Kevin C. fue detenido y puesto a disposición del Juzgado de Menores.
El 6 de febrero de este año integrantes del mismo grupo, siempre siguiendo órdenes directas de Ramallo, pusieron en la mira a Pedro Damián G. Lo interceptaron en calle Córdoba, entre Las Heras y Necochea. Le efectuaron entre 4 y 6 disparos y lo dejaron malherido. Se habló de un intento de robo, pero la investigación de la Fiscalía determinó que fue otro ataque sicario.
No fue el último. El siguiente hecho ya estaba señalado. Yiyo ordenó matar a Sebastián Nicolás G., que vive en la Ruta 70, en jurisdicción de Bella Italia. A él o a alguien de su familia, según leyó la acusadora Lema. La «misión» le fue encomendada a dos soldaditos, uno de ellos el menor Tomás L. En la noche de ese 9 de febrero, los sicarios llegaron en moto a la casa, donde se celebraba una fiesta familiar. Como invitados arribaron al mismo tiempo un matrimonio y su hijo, esencialmente ajenos a todos los hechos. «A Sebastián o a un familiar cualquier» era la orden. Luego de preguntar por «Nicolás», los sicarios dispararon contra Tomás P., hijo del matrimonio, que apenas había atinado a hacer un saludo de ocasión al cruzarse con los atacantes. Lo dejaron entre la vida y la muerte.
A Sebastián le llegó un mensaje de Yiyo, apenas unas horas después del ataque. «Te salvaste por un ratito. Dejá la escritura de la casa arriba de una mesa, andate y dejá todo abierto. Pero dejá la escritura. Yo me encargo«, leyó la fiscal Lema, atribuyendo el mensaje a Ramallo. Las extraordinarias facilidades con que Ramallo cuenta para comunicarse desde las cárceles de máxima seguridad del país deberían ser parte de los interrogantes que devele la investigación.
Un menor temible
Tomás L., sindicado como autor de los disparos en Bella Italia, fue detenido hace pocos días por órdenes de la justicia de Córdoba, luego de media docena de allanamientos: está acusado de matar, el 13 de febrero, a un hombre a quien habría ejecutado en su propia casa, en Morteros, en complicidad con una mujer y otras personas. Ramallo vivió mucho tiempo en Morteros. Todos los caminos parecen conducir, siempre, a Yiyo.
Hubo más. Porque este muchacho Tomás L., que tiene 17 años, también fue mencionado por la Fiscalía como autor de los disparos que dejaron herido gravemente a Luciano V., en un episodio ocurrido en Gardel al 500, en el barrio Barranquitas. En el mismo hecho también fue herido Sergio U. Significa que el menor está acusado de dejar al borde de la muerte a dos víctimas, y matar a un tercero, todo en el transcurso de menos de dos semanas: los hechos ocurrieron el 9, el 19 y el 20 de marzo.
Finalmente, a Ramallo la fiscal lo encuentra responsable de haber ordenado la muerte de otra persona, Marcelo Alejandro S., afincado en Barranquitas. En este caso el ataque se orientó a un taller mecánico en el que trabaja la víctima: le dispararon entre 12 y 20 tiros, aunque todos pegaron en autos que había en el lugar.
Escuchas telefónicas, capturas de pantalla con mensajes amenazadores, intimidaciones de distinto tipo y una vasta red de complicidades forman parte de la trama que superficialmente presentó la fiscal Lema en la audiencia imputativa. Más detalles seguramente se conocerán en la audiencia de medidas cautelares, que se llevaría adelante el domingo en horario a determinar.