«Vemos que hay equipamiento viniendo de diferentes direcciones, que (los rusos) traen hombres, que traen combustible (…). Entendemos que se están preparando para un ataque masivo», dijo Gaiday en un mensaje de video.
«Los bombardeos son cada vez más intensos. Anoche hubo un intento de llegar a Roubijné (cerca de Lugansk), nuestros defensores lo repelieron, inutilizaron varios tanques, hubo decenas de cadáveres» de soldados rusos, dijo el gobernador.
«Este domingo, desgraciadamente, en la explosión de una mina o de un proyectil de artillería, murieron dos voluntarios» y «una iglesia fue bombardeada» con el resultado de dos sacerdotes heridos, añadió, sin dar más detalles.
Por ello, el gobernador pidió a los habitantes de la región que se marchen. «No lo duden, por favor. Hoy, mil personas han sido evacuadas. Por favor, no esperen a que sus casas sean bombardeadas», imploró en su mensaje.
Las autoridades ucranianas afirmaron el sábado que las fuerzas rusas se estaban retirando de las zonas del norte del país, en particular de los alrededores de Kiev, para desplegarse hacia el este y el sur.
La semana pasada, Moscú anunció haber completado la primera etapa de su ofensiva en Ucrania y dijo que ahora se enfocaría en la «liberación» del Donbass, una región industrial fronteriza con Rusia en la que la mayoría de la población habla ruso.
Más de 14.000 personas murieron en el Donbass desde 2014, cuando tras un golpe de Estado en Kiev, milicias separatistas se alzaron en armas contra el nuevo Gobierno ucraniano en las dos provincias que integran la región, Lugansk y Donetsk.