El 22 de noviembre pasado, Rafaela Noticias informó sobre un ataque a balazos en calle 500 Millas al 1800, donde resultó herido un joven de 18 años apodado “Richard”, quien cuenta con diversos antecedentes policiales desde su adolescencia. En aquella oportunidad recibió ocho impactos de bala, siendo el principal sospechoso —y hoy detenido con prisión preventiva— Brian Nahuel “Cachete” Martínez.
A pesar de que el imputado continúa detenido, en las últimas horas se conoció que la madre de Martínez denunció haber recibido amenazas reiteradas en su vivienda de barrio Güemes, ubicada en calle Galassi. Según su testimonio, en varias ocasiones un sujeto pasó frente a la casa y gritó: “Ustedes me las van a pagar”, además de otras expresiones intimidantes e insultos.
La mujer no salió al exterior por temor, pero presume que el responsable sería “Richard”, quien días atrás fue herido en el ataque atribuido a Martínez, de acuerdo con la investigación.
La situación genera preocupación en el barrio, que teme una escalada de violencia. Lejos de haberse cerrado el conflicto, todo indica que podría continuar.
La causa fue caratulada como amenazas y es investigada por la Fiscalía Regional 5, a cargo de la fiscal Cecilia Doro. Intervino personal de la Comisaría Nº 13.
Disparos desde un auto y múltiples heridas
Según expuso la fiscal Lorena Korakis durante las audiencias judiciales, el hecho ocurrió cuando la víctima circulaba en su automóvil por la zona de calle 500 Millas y Giay. En ese momento, de acuerdo a su declaración, apareció otro vehículo, identificado por testigos como vinculado tanto al imputado.
La fiscal relató que una testigo presencial afirmó haber visto a los dos autos aproximarse y que desde uno de los vehículos extrajeron un arma tipo revólver o escopeta recortada. Según esta versión, desde allí se efectuaron los disparos contra la víctima.
Posteriormente, el joven logró llegar por sus propios medios hasta el Hospital Jaime Ferré, donde fue atendido por heridas compatibles con lesiones de arma de fuego, según el reporte sanitario.
El informe policial incorporado por la fiscal indica que, al llegar al lugar señalado por los testigos, se encontró una vaina servida, que fue analizada por peritos y resultó coincidir con un arma calibre .22, lo que se corresponde con los relatos recolectados.
La fiscal sostuvo que el imputado mantenía un conflicto previo con la víctima y que, sumado a la gravedad del episodio, el uso de un arma de fuego y la posibilidad de amedrentamiento a testigos, se justificaba el pedido de prisión preventiva, medida que finalmente otorgó el juez Carlos Bottero. Un dato no menor, es que una testigos de lo ocurrido es una niña de 11 años.
