El área de Protección Vial y Comunitaria del municipio confirmó que el 2024 fue un año récord en retenciones de motos con escapes antirreglamentarios: 358 secuestros en total. La cifra contrasta con los años anteriores: en 2023 fueron 87, en 2022 apenas 5 y en 2021 sólo 2. En lo que va de 2025, entre el 1 de enero y el 15 de abril, ya se secuestraron 77 motos por este motivo. Los controles se intensificaron principalmente en la zona de quintas, donde los fines de semana por la noche se agrupan motociclistas con este tipo de escapes que generan ruidos molestos y alteran el descanso de los vecinos. Por eso, los concejales se comprometieron a modificar una ordenanza para permitir la retención de motos con escape libre aunque estén estacionadas y no circulando. También hubo vecinos que pidieron prohibir la venta de estos escapes, pero desde el Concejo explicaron que eso no es viable, ya que pueden adquirirse por internet.

¿Qué es un escape libre y por qué se usa?
RAFAELA NOTICIAS consultó a un vendedor de escapes en la ciudad, quien explicó en detalle qué es un escape libre y por qué algunas personas lo eligen: “Todas las motos traen un escape original con silenciador, que baja los decibeles del sonido. El escape libre elimina ese silenciador, lo que permite que los gases del motor salgan con más facilidad. Eso mejora el rendimiento del motor, sobre todo en motos de competición. Pero en la calle, genera mucho ruido”, detalló. El entrevistado agregó que los escapes libres no fueron diseñados para uso urbano sino para motos de carrera, como las que compiten en el Certamen Argentino de Motociclismo (CAM): “Se desarrollan en bancos de prueba para ganar potencia en competición. El problema no es el escape en sí, sino el mal uso que se le da en la vía pública”. Los precios de estos dispositivos varían ampliamente: “Un escape básico puede costar 50.000 pesos, pero los de competición arrancan en 120.000 o 150.000 y pueden llegar a los 3 o 4 millones en motos de alta cilindrada”, explicó el comerciante. Consultado sobre los modelos más populares, mencionó que “los más usados en motos 110 rondan los 250.000 pesos”, y corresponden a marcas como XRR, Protor o Paulusi.
¿Se venden más o menos que antes?
Pese a la percepción de muchos vecinos, el vendedor asegura que las ventas bajaron: “Antes cualquiera ponía un escape, hoy no. Hay temor a que te secuestren la moto. Si te sacan un escape de 200 o 300 mil pesos, te duele. Además, con la multa, el acarreo, el trámite, es mucho”. Esto explica lo que sucede en los depósitos municipales: prácticamente nadie al que le secuestraron la moto con escape libre vuelve por ella. En caso de querer hacerlo no solamente tiene que pagar la multa, sino además llevar un escape original y cambiarlo en el momento. El vendedor también señaló que muchos usuarios optan por colocarlos solo los fines de semana: “Hay quienes lo cambian por uno original durante la semana. Son dos o tres tuercas, es fácil sacarlo. Después los usan sábado o domingo y lo vuelven a sacar”. Por otra parte, explicó que existe un mercado de segunda mano muy activo: “Hay mucha compra-venta de escapes usados. Algunos se cansan, los venden, otros los compran más baratos”. El comerciante consideró que prohibir la venta en la ciudad es inviable: “No se puede impedir que alguien lo compre online. Pero se podría trabajar más en el control del uso, no tanto en la venta”. Y agregó que no es un producto ilegal y si los vendedores tuvieran que controlar con algún tipo de certificación a quién se los venden- que sean solamente corredores por ejemplo- sería muy engorroso y difícil de controlar.
¿Por qué lo usan quienes lo usan?
Desde RAFAELA NOTICIAS consultamos también a quienes eligen colocar escapes libres en sus motos. Un joven que administra una página de Instagram vinculada a la actividad de motos en Rafaela, explicó su punto de vista: “Los escapes, mayormente, los usamos porque modificamos los motores, y los escapes libres ayudan a que el motor saque toda la compresión y la moto ande más. También está el tema estético y el gusto por el sonido”, señaló. Contó que, si bien es consciente de que se trata de un elemento prohibido por ley, su uso se da principalmente los fines de semana: “Durante la semana usamos los escapes originales porque muchos trabajamos. En mi caso, soy de usarlo solo los fines de semana, pero no ando haciendo ruido en pleno horario de siesta, porque al menos yo no soy así. No todos somos iguales, pero la mayoría respeta”. Sin embargo, reconoció que el crecimiento en la venta de escapes se debe también al aumento de motos en circulación entre los jóvenes: “Por esa razón también incrementa la retención de motos”, dijo. Sobre el accionar de las autoridades, opinó: “Mi pensamiento sobre los guardas es que en parte tienen razón y en parte no, porque no tienen derecho a quitarte algo que es tuyo. Mínimo hacé una multa, pero no te lleves la moto. La mayoría la usa para trabajar, porque es el único medio de transporte. Y otra cosa, también forrean a las personas, y eso para mí tendría que cambiar, aunque dudo que pase”. En ese marco, expresó que muchos motociclistas se sienten estigmatizados: “Nos ven como delincuentes que solo hacemos escándalos. Y no entienden que así pasamos buenos momentos. Muchos usamos casco y tenemos las cosas en regla”.