En las crónicas del día lunes deberíamos estar hablando de una nueva edición del clásico entre Ferro y Peñarol, un duelo que cobró muchísimo protagonismo en el último tiempo y que atrae la atención de gran parte del público futbolero. Lamentablemente estas líneas no hablaron de lo que sucedió en el verde césped, o tal vez si, porque el encuentro debió ser suspendido a los 38 minutos de la segunda parte debido a serios incidentes donde quedaron involucrados jugadores, hinchas y policías.
Las situación comenzó cuando el conjunto de barrio Los Nogales anotó el empate por intermedio de Alejandro Rabellino de tiro penal. Aparentemente hubo un gesto del futbolista de Ferro que desató la ira de los jugadores de Peñarol generando una pelea en el campo de juego entre todos los protagonistas. Cuando parecía que las aguas comenzaban a calmarse, algunos simpatizantes de la «V» azulada ingresaron a la cancha y casi al unísono, los hinchas del equipo local también se metieron con intenciones de llevar las acciones a otro extremo.
La violencia escaló cuando los simpatizantes de Peñarol, ya desalojados del estadio por la Policía, continuaron arrojando elementos, uno de los cuales impactó en un agente del Comando Radioeléctrico. El subcomisario, que recibió un golpe en la cabeza, fue trasladado de inmediato al hospital con lesiones.
Como consecuencia de los disturbios, las fuerzas de seguridad detuvieron a varios involucrados. Entre los aprehendidos se encuentran cuatro hombres de entre 20 y 29 años, además de un menor de 17, quien fue entregado posteriormente a su progenitor. Asimismo, tres efectivos policiales resultaron con heridas leves, aunque se encuentran fuera de peligro.
La fiscal interviniente, Dra. L. Korakis, informó que los detenidos fueron imputados por infracción a la Ley del Deporte, aunque recuperaron la libertad tras ser notificados. En el caso del menor, también se le informó sobre la causa en curso.