Una mujer de la localidad de San Vicente recibió un mensaje de WhatsApp de un número desconocido con una imagen de perfil que simulaba pertenecer al área de seguridad de una conocida plataforma de comercio electrónico. Los delincuentes, actuando bajo la falsa identidad de «seguridad de mercado pago», le informaron que se había realizado una compra a nombre de una persona desconocida. Le pidieron verificar la operación, aportándole detalles precisos sobre el supuesto comprador, como su número de documento y CUIL.
Convencida de la veracidad de la alerta, la mujer ingresó a su cuenta para intentar desvincular el número de celular presuntamente «hackeado». Los estafadores le indicaron que debía realizar una serie de transferencias para desactivar los accesos. En total, transfirió más de 300.000 pesos desde la cuenta de su pareja a una cuenta a nombre de un tercero y realizó dos transferencias adicionales de 150.000 pesos cada una a otra cuenta.
Al no poder realizar más transferencias desde su teléfono, los estafadores la enviaron a un cajero automático para realizar las operaciones desde allí. Luego le pidieron que saque un préstamo, a lo cual ella finalmente se negó, cortando la comunicación. A a noche, un hombre la contactó insistiendo en que debía confirmar el préstamo para «recuperar el dinero», lo que aumentó las sospechas de la víctima, quien finalmente decidió bloquear todas las cuentas y denunciar el hecho.
En otra estafa, un hombre de 34 años, domiciliado en Zenón Pereyra, reportó haber perdido una suma millonaria luego de realizar una transferencia bancaria creyendo que estaba comprando un automóvil Ford Ka modelo 2006. La víctima había pactado la operación a través de la plataforma Facebook Marketplace y continuado la negociación por WhatsApp. Tras acordar el precio, transfirió una cifra cercana a los 4 millones de pesos a una cuenta a nombre de una persona que se identificó como «Victoria».
Para dar credibilidad a la operación, los estafadores proporcionaron el contacto de una supuesta gestora que garantizaría la entrega del auto. Luego de realizar la transferencia, la víctima intentó comunicarse con los vendedores, pero perdió todo contacto. Sin recibir el vehículo y ante la imposibilidad de recuperar el dinero, el hombre decidió presentar la denuncia.
Ambos incidentes evidencian la creciente sofisticación de las estafas virtuales en la región, donde los delincuentes se aprovechan de la confianza de las personas en plataformas y redes sociales para lograr transferencias millonarias. Las autoridades han comenzado una investigación para rastrear el origen de las cuentas y los contactos telefónicos utilizados, con la esperanza de desmantelar la red detrás de estos engaños y frenar la ola de ciberestafas en la zona.
Fuente. RAFAELA NOTICIAS