El aumento de combustibles dispuesto sorpresivamente en las últimas horas y que entró en vigencia desde la medianoche del martes al miércoles llevó en Rafaela el precio de la nafta súper de YPF de 639 pesos a 806 pesos, con un incremento de 167 pesos en el tipo de combustible más económico. La Infinia de YPF, en tanto, saltó de 769 pesos a 969 pesos, coqueteando ya con el techo de los mil pesos.
En tanto, el gasoil ultra cuesta 856 pesos y el gasoil premium de la petrolera estatal ya está en los mil pesos redondos: 999 pesos en cartelera.
Shell, la petrolera privada, actuó en el mismo sentido, lo que deja en claro una vez más la cartelización de los precios del combustible, donde la libre competencia es una falacia. Así, la Shell ahora pasó de cobrar 661,9 pesos la súper a 834 pesos, mientras que la Shell V-Power, el combustible premium de la marca, está en 994 pesos, conta los 791,9 pesos que costaba hasta el martes.
El gasoil más económico de la Shell pasó de 768,5 pesos a 926 pesos y el gasoil premium pasó la barrera de los mil pesos: de 888,9 pesos, ahora vale 1061 pesos.
Todos estos incrementos elevarán los costos de la cadena de logística de todos los artículos de primera necesidad y configuran un escenario más complicado para los usuarios de vehículos particulares, así como para empresas de transporte público de pasajeros, y en ese terreno habrá que prestar mucha atención a lo que pueda pasar con el servicio de minibuses en Rafaela, así como con las tarifas de remises y taxis.
Además, este nuevo golpe sacude también los planes de quienes tienen previsto realizar viajes de vacaciones, ya que incrementa notoriamente los costos del viaje, complicando a un sector turístico que ya viene alertando sobre una caída muy importante en las reservas de alojamientos para la temporada veraniega. Un repunte en estas condiciones parece imposible de pensar. Y es la clase media la que está pagando las consecuencias principales de estas medidas.