Al menos siete personas murieron debido a las fuertes tormentas que azotaron la costa este de Australia, incluida una mujer de 40 años que fue absorbida por un desagüe pluvial, se informó este martes.
Los estados australianos de Victoria y Queensland sufrieron los últimos días tormentas eléctricas y fuertes vientos que causaron inundaciones y la caída de tendido eléctrico.
La oficina meteorológica del gobierno advirtió que las zonas costeras de Queensland seguían en riesgo de tormentas «peligrosas», inundaciones potencialmente mortales, granizos y ventiscas.
Entre las víctimas, tres mujeres fueron arrastradas este martes a un desagüe pluvial causado por una inundación en el poblado rural de Gympie, 180 kilómetros al norte de Brisbane.
Una mujer de 40 años murió en el hecho, otra sobrevivió y la tercera, de 46, sigue desaparecida, según los servicios de emergencia, informó la agencia de noticias AFP.
Kevin Walsh, subcomisario de los Servicios de Incendio y Emergencias de Queensland dijo que los equipos de rescate continuarían recorriendo la zona el miércoles en busca de sobrevivientes.
A su vez, una niña de 9 años fue hallada muerta por equipos de rescate acuático, agregó el funcionario, según la agencia Europa Press.
En tanto, 11 personas fueron lanzadas al mar al zozobrar un barco cerca de Brisbane, dos de las cuales murieron ahogadas, ocho fueron rescatadas y un tripulante permanece desaparecido.
Un día trágico
«Han sido 24 horas muy trágicas por el clima», declaró a periodistas la comisaria policial Katarina Carroll.
La empresa eléctrica Energex dijo que intentaba restaurar la conexión de electricidad en más de 80.000 casas de Queensland
Según Energex, se necesitan días para que se restablezca la red de distribución de energía.
«Hemos sufrido muchos daños en la red de alto voltaje y hemos visto esos postes de hormigón de 30 metros de altura partidos en dos. Nuncahabíamos visto eso antes, por lo que llevará algún tiempo lograr que esta red de alto voltaje vuelva a estar en un estado adecuado y viable», explicó el portavoz Justin Coomber.
