El director de cine James Cameron, que ha realizado múltiples inmersiones a los restos del Titanic, dijo en declaraciones a la BBC que supo que se trataba de un “acontecimiento catastrófico extremo” en cuanto se enteró de que el sumergible había perdido la navegabilidad y la comunicación a la vez.
“Para mí, no había dudas”, afirmó Cameron. “No había búsqueda. Cuando por fin bajaron un ROV (las siglas en inglés para vehículo operado por control remoto) que podía llegar a la profundidad, lo encontraron en cuestión de horas. Probablemente en cuestión de minutos”.
Para el cineasta, los reportes sobre las 96 horas de oxígeno disponibles y los ruidos fueron una “farsa prolongada y pesadillesca” que dieron falsas esperanzas a los familiares de los tripulantes.
Al menos 46 personas viajaron en el sumergible de OceanGate hasta los restos del Titanic en 2021 y 2022, según cartas de la compañía presentadas en una corte federal en Norfolk, Virginia, que supervisa asuntos relacionados con el naufragio del transatlántico. Pero tanto un antiguo trabajador de la empresa como ex pasajeros plantearon dudas sobre la seguridad del dispositivo.
Cameron siguió disparando contra la compañía: “OceanGate no debería haber estado haciendo lo que estaba haciendo. Creo que eso está bastante claro. Desearía haber sido más elocuente al respecto, pero creo que no sabía que no estaban certificados porque realmente no lo estaba estudiando. No estaba realmente interesado. Stockton Rush me preguntó si quería salir y bucear esta temporada, ya sabes, no estaba interesado”.
El director utilizó una metáfora sobre su profesión para describir lo que, según su visión, se vio en las jornadas que duró la angustiosa búsqueda: “Ha sido solo gente corriendo, agitando los brazos con el pelo en llamas durante cuatro días seguidos. Y me siento terrible por lo que las familias deben haber estado pasando durante ese tiempo. Y eso continúa. Volvemos a ‘¿por qué las autoridades optaron por no decir lo que sabían?’. Ahora surge la pregunta, ¿no es así?”
Luego relató cómo vivió el proceso desde que se enteró sobre la noticia y aseguró que casi desde el primer momento estuvo convencido de que el sumergible había implosionado: “Cuando me enteré por primera vez del incidente, recibí un montón de llamadas y correos. Es una comunidad pequeña. En una hora y media, tenía la siguiente información: estaban descendiendo, estaban a 3.500 pies, perdieron las comunicaciones y el seguimiento. El último es el crítico porque el transpondedor que se usa para rastrear un submarino durante el descenso y en la parte inferior es un sistema completamente autónomo. Está en su propia carcasa de presión y tiene su propia batería. Entonces, al haberse perdido las comunicaciones y el seguimiento al mismo tiempo, el submarino ya no existía. No había ninguna duda en mi mente”.
Cameron también asegura que supo sobre el ruido submarino captado por sensores de Estados Unidos mucho antes del anuncio oficial: “Contacté a algunas personas más (…) Recibimos la confirmación en una hora de que había habido un fuerte golpe al mismo tiempo que se perdieron las comunicaciones el sumergible. Un fuerte golpe en los hidrófonos. Pérdida del transpondedor. Pérdida de comunicaciones. Sabía lo que sucedió. El submarino implosionó. Envié correos electrónicos a todos los que conozco. Dije: ‘Hemos perdido algunos amigos. El submarino ha implosionado. Está en el fondo en pedazos en este momento’. Lo envié el lunes por la mañana”.