Por debajo de lo que esperaban las consultoras privadas, la inflación marcó un 7,8% en mayo y desaceleró con respecto a abril (cayó 0,6 puntos porcentuales). El Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumuló, así, en lo que va del año un 42,2%, mientras que en los últimos 12 meses, alcanzó el 114,2%.
Cabe resaltar que la inflación se había acelerado en abril al marcar un elevado 8,4%, el nivel mensual más alto desde 2002 (cuando trepó hasta el 10,4% en abril de ese año, tras la salida de la Convertibilidad).
«Hace poco más de un mes los pronósticos inflacionarios de mayo se acercaban a 2 dígitos como consecuencia del salto en la cotización del dólar paralelo en casi un 20% y de la presión ejercida sobre los precios durante los últimos días de abril», explicó Gonzalo Semilla, economista en Jefe de CREEBBA y añadió: «A medida que transcurría el mes se observaba cierta desaceleración en los precios de los alimentos y bebidas, pudiendo anticipar una menor tracción sobre el índice general».
Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles fue el segmento que más subió el mes pasado con un alza del 11,9%, producto de la suba de tarifas en los servicios de electricidad y gas natural por red. El podio se completó con Restaurantes y hoteles (9,3%) y Salud (9%), ésta última impulsada por el alza en medicamentos y en las cuotas de empresas de medicina prepaga.
» Vivienda lideró la variación mensual, registrando su segundo nivel más alto desde el mes de diciembre de 2017 cuando alcanzó el 17%. Las actualizaciones de las tarifas de luz y gas (+30,8%) y de otros rubros como medicamentos (+10,1%), medicina prepaga y cigarrillos (+9,9%), presionaron sobre la categoría regulados (+9%) y contribuyeron a sostener un nivel inflacionario aún en niveles muy altos», indicó Semilla.
Por su parte, Alimentos y bebidas avanzó 5,8% en mayo que, junto con Educación (4,9%), fueron los dos segmentos con menores subas en el mes.