Un interno de la Alcaidía de la Jefatura de Policía de Rafaela sufrió graves quemaduras durante un incidente que está bajo investigación, ocurrido cerca de las 19.30 de este martes.
Una densa columna de humo surgiendo del interior de la Alcaidía y el desplazamiento de muchos móviles policiales y de un autobomba de Bomberos Zapadores provocó la primera alarma en pleno centro de Rafaela, en medio de una tarde con mucho movimiento originado por las compras navideñas y la ceremonia de asunción del nuevo obispo, Pedro Javier Romero. Este último acto contó con la presencia del gobernador Omar Perotti y mientras se desarrollaba la ceremonia litúrgica se escuchaban de fondo las sirenas policiales desplazándose hacia la Jefatura.
Inmediatamente fue cortado el tránsito en la zona de avenida Mitre entre Tucumán y José Ingenieros. Vecinos del lugar contaron que en ese momento se observó que el interno herido fue subido a la caja de una camioneta policial que partió a toda velocidad hacia el Hospital, donde fue atendido en la Guardia de terapia intensiva, debido a la gravedad de las lesiones que presentaba.
Las primeras versiones mencionaban una supuesta pelea entre internos, con dos heridos: el quemado y otro, que tendría lesiones cortantes. Luego, otra versión de fuente oficial indicó que no hubo pelea, sino que el interno que protagonizó el incidente prendió fuego a un colchón y esto generó el foco ígneo que le provocó quemaduras graves. Se trata de un joven de 29 años que había sido ingresado a la Alcaidía algunos momentos antes del incidente, al parecer por una violación de restricción de acercamiento a otra persona.
La Alcaidía de Rafaela tiene capacidad para 46 internos, pero desde hace varios meses se sabe que esa capacidad está largamente sobrepasada. Hay momentos en que llega a haber más de un centenar de internos, que viven en condiciones de hacinamiento, algunos durmiendo en el piso, lo que ha provocado varios reclamos de parte del Poder Judicial, ante la falta de capacidad de las cárceles santafesinas para trasladar a las personas que están privadas de su libertad.