«Durante todo el día (lunes) y toda la noche se produjeron potentes explosiones en la región de Jerson. Se están produciendo intensos combates en casi todo el territorio de la región», dijo la presidencia ucraniana en su informe matutino.
«Las fuerzas armadas ucranianas lanzaron acciones ofensivas en varias direcciones», agregó el reporte oficial, recogido por la agencia de noticias AFP.
Con la guerra en la región oriental del Donbass estancada, los analistas previeron que los combates podían trasladarse al sur
Según este informe, sus fuerzas destruyeron «cierto número de depósito de municiones» y «todos los grandes puentes» que permiten a los vehículos atravesar el rio Dniépr.
Ubicada a orillas del mar Negro, la mayoría de la región de Jerson y su capital homónima fueron capturadas al principio de la guerra por las tropas rusas, que avanzaron desde la vecina península de Crimea, anexada por Moscú en 2014.
Con la guerra en la región oriental del Donbass estancada, los analistas previeron que los combates podían trasladarse al sur para romper este punto muerto antes de la llegada del invierno.
En la víspera, las autoridades locales y el Ejército ucraniano anunciaron esta contraofensiva, especialmente con el objetivo de retomar la ciudad de Jerson, que tenía 280.000 habitantes antes del conflicto.
La guerra entre dos grandes productores de cereales disparó los precios de los alimentos y hace temer por un aumento de la hambruna
En su discurso nocturno, el presidente Volodimir Zelenski evitó dar detalles sobre esta maniobra, pero se mostró desafiante ante Moscú.
«Los ocupantes deberían saber que los vamos a empujar hasta su frontera (…) Si quieren sobrevivir, es el momento de que el ejército ruso huya. Vayan a casa», aseguró.
Esta madrugada, el comando «Sur» del Ejército ucraniano señaló en Facebook que la situación era «tensa» en su zona de acción. «El enemigo atacó nuestras posiciones en cinco ocasiones, pero todas fueron un fracaso», aseguró.
También informó de «un bombardeo masivo durante la jornada» en la ciudad de Mikolaiv, a 60 kilómetros de Jerson y controlada por Kiev, que provocó dos muertos, 24 heridos y daños «importantes» en edificios e infraestructuras.
Desde Rusia, el ministerio de Defensa dijo el lunes que la contraofensiva de Ucrania había «fracasado estrepitosamente» y había resultado en «fuertes pérdidas» para las tropas de Kiev.
Los bombardeos rusos continuaron en el resto de la línea del frente, que se extiende de norte a sur.
En la segunda ciudad ucraniana, Jarkov (noreste), el alcalde Igor Terekhov denunció un bombardeo en su centro urbano que mató a cinco personas e hirió a siete.
El gobernador regional, Oleg Sinegubov, ofreció un panorama algo inferior de cuatro muertos y cuatro heridos.
Por otro lado, el gobernador de la región de Zaporiyia (sur), Oleksandr Starukh, dijo esta madrugada que Rusia había lanzado un ataque con misiles contra la ciudad homónima que no dejó víctimas.
Esta región es desde hace semanas foco de tensiones y preocupaciones por los bombardeos sobre la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, de los que rusos y ucranianos se responsabilizan mutuamente.
El portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, anunció que Moscú denunciará ante la comunidad internacional el «comportamiento irresponsable» de Kiev, que pone en peligro grandes territorios con sus bombardeos contra la central nuclear.
El representante del Kremlin expresó además en una rueda de prensa su confianza en que la misión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) «tenga lugar de acuerdo con lo acordado».
«Una vez más, estamos interesados en esa misión y llevamos mucho tiempo esperándola. Continuaremos denunciando ante toda la comunidad mundial el comportamiento irresponsable de los militares ucranianos, que ponen en gran peligro esa planta y los territorios cercanos con los bombardeos de la central nuclear», dijo Peskov, citado por la agencia de noticias Sputnik.
El director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi, dijo el lunes que una misión de apoyo y asistencia estaba «en camino» a Zaporiyia y llegaría «esta semana».
El organismo de control nuclear de la ONU lleva meses pidiendo visitar el lugar, advirtiendo del «riesgo muy real de una catástrofe nuclear».
En tanto, en Praga la Unión Europea inicia este martes dos jornadas de ásperos debates sobre una controvertida propuesta de Ucrania, de negarles visa de turismo a los ciudadanos rusos, iniciativa que no contaría, en principio, con el apoyo de todos los integrantes del bloque.
En el plano humanitario, la guerra entre dos grandes productores de cereales disparó los precios de los alimentos y hace temer por un aumento de la hambruna.
Para contrarrestar esto, la ONU y Turquía consiguieron cerrar un acuerdo entre Kiev y Moscú para permitir la exportación de cereales a través del mar Negro.
En virtud de este pacto, un buque fletado por el Programa Mundial de Alimentos llegó este martes a Yibuti con 23.000 toneladas de trigo de Ucrania para mitigar la sequía histórica que asola el Cuerno de África.