Sergii Gaidai, gobernador de la provincia de Lugansk,donde se encuentra Severodonetsk, indicó que los soldados enviados por Kiev recapturaron un 20% del territorio de la localidad que hoy en día es epicentro de los combates.
«Escuché muchas veces que Severodonetsk fue completamente capturado por el Ejército ruso. Así que quiero decir que no, no completamente capturado. Además, si antes había una situación difícil, había alrededor del 70 por ciento del territorio ocupado, ahora alrededor del 20 por ciento retrocedió», indicó la autoridad de Lugansk en declaraciones reproducidas por la agencia local Unian.
«Ganar no es algo rápido, pero pasará. No traicionamos, creemos en las Fuerzas Armadas. Estamos luchando por todos los asentamientos en la región de Lugansk. Estamos esperando armas occidentales y preparando el proceso para poner fin a la ocupación», apuntó, citado por la agencia de noticias Europa Press. «La situación en la región en su conjunto es extremadamente difícil. Los combates se concentraron ahora en Severodonetsk porque, tal como lo entendemos, el ejército ruso utiliza todas sus reservas en esa dirección», apuntó.
Por el contrario, el Kremlin indicó que las unidades militares ucranianas se estaban retirando de la localidad. «Las unidades del ejército ucraniano, tras haber sufrido pérdidas críticas en los combates por Severodonetsk (hasta del 90% en varias unidades), se están retirando a Lysychansk», una ciudad cercana, dijo el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado citado por la agencia de noticias AFP. «Las autoridades ucranianas, conscientes de que era imposible resistir y conservar la zona industrial de Severodonetsk, ordenaron a un grupo táctico mixto minar unos depósitos de la fábrica Azot de nitrato y de ácido nítrico», explicó el ejército ruso. Moscú afirma que el ejército ucraniano quiere explotar estos tanques con productos químicos para contaminar la zona y «retrasar» la ofensiva de tropas rusas.
Desde que la ciudad de Lugansk fue tomada por los separatistas prorrusos apoyados por Moscú en 2014, Severodonetsk se convirtió en la capital administrativa de las autoridades ucranianas en la región de Lugansk.
Con una población de alrededor de 100.000 personas antes de la guerra, es uno de los varios núcleos urbanos importantes que se encuentran en el camino de Rusia para capturar toda la provincia, que junto a Donetsk, componen el Donbass.
Tras los intentos fallidos de controlar Kiev y Jarkov, la segunda ciudad en importancia de Ucrania, las fuerzas rusas replegaron sus operaciones al Donbass, donde se ubican las dos provincias separatistas en las que se concentran actualmente la mayor parte de los combates.
Al oeste de Severodonetsk hay otras dos importantes ciudades en la mira de Moscú, las de Sloviansk y Kramatorsk, las últimas grandes bajo control de Ucrania en la provincia de Donetsk.
Las milicias separatistas prorrusas aseguraron este sábado que tomaron el control de Brusivka, a 19 kilómetros de Sloviansk.
«Nuestras tropas están avanzando hacia Sloviansk», escribió el Mando General de la Defensa Territorial de la autoproclamada república popular de Donetsk.
La ofensiva también se intensifica en Lysychansk, la ciudad gemela situada frente a Severodonetsk, al otro lado del río.
Cerca del 60% de las viviendas fueron destruidas y las conexiones de internet, de telefonía celular y de gas están cortadas, informó el alcalde Oleksandr Zaika.
En tanto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, denunció que la iglesia de madera de un famoso monasterio ortodoxo del este de Ucrania quedó destruida tras ser impactada por un nuevo bombardeo ruso, aunque desde el Kremlin negaron la acusación. Se trata del monasterio de la Santa Dormición Sviatohirsk Lavra, en la provincia de Donetsk, que esta semana ya había sido impactado por ataques «que provocaron la muerte de cuatro monjes y otros cuatro resultaron heridos», indicó Zelenski. «La artillería rusa bombardeó de nuevo» el lugar, indicó el presidente ucraniano y afirmó que Moscú sabía «que allí no había objetivos militares». En el monasterio había unos 300 civiles, entre ellos 60 niños, que se refugiaban de los bombardeos, precisó la agencia de noticias AFP.
Por su parte, el Kremlín negó haber bombardeado la instalación religiosa y acusó a «los nacionalistas ucranianos» de haberla incendiado. «Las unidades de las Fuerzas Armadas Rusas ubicadas al norte de Sviatohirsk no están realizando operaciones de combate en esta zona y no están bombardeando el territorio de la Reserva Histórica y Arquitectónica de Sviatohirsk», sostuvo el Ministerio de Defensa ruso. El monasterio de Sviatohirsk es uno de los más conocidos de Ucrania y antes de la guerra atraía cada año a miles de peregrinos. Ucrania también informó que un ataque con misiles dejó dos víctimas en el puerto de Odesa, en el suroeste del país, sin especificar si se trata de heridos o muertos.
Por su parte, Rusia aseguró que bombardeó un centro de entrenamiento de artillería de las Fuerzas Armadas de ucrania en la región de Sumy, en el noreste del país, en el que instructores extranjeros habrían formado a soldados ucranianos en el uso de obuses de fabricación estadounidense.
«Misiles lanzados desde el aire de alta precisión alcanzaron el centro de entrenamiento de artillería cerca del pueblo de Stetskovka, región de Sumy», señaló el vocero del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov.
«En este centro, instructores extranjeros realizaron un entrenamiento para el personal militar ucraniano en la operación y control de fuego de obuses M777 de 155 milímetros» de EEUU, añadió.
Rusia y Ucrania completaron esta semana un nuevo intercambio de soldados fallecidos durante las hostilidades originadas por la invasión rusa, informaron hoy las autoridades de Kiev. «Como resultado de las negociaciones se llegó a un acuerdo sobre el intercambio de cuerpos según la fórmula 160 por 160» en referencia al número de militares fallecidos intercambiados, informó Europa Press. El intercambio de prisioneros es el único ámbito en el que las partes en conflicto mantienen diálogo, ya que las negociaciones de paz quedaron en pausa hace más de dos meses. Por su parte, el papa Francisco reiteró hoy que quiere viajar a Ucrania, aunque aclaró que está esperando el «momento adecuado» para hacerlo. «Me gustaría ir a Ucrania, pero debo esperar el momento adecuado», respondió el papa a un niño ucraniano refugiado que le preguntó cuándo iba a ir a Kiev durante un encuentro con refugiados en el Vaticano, según la señal de radiodifusión italiana RAI.